Cuenta la leyenda que, hace muchísimos años, pasaba una enorme carreta tirada por bueyes que transportaba una imagen del Cristo. Al pasar por el lugar donde ahora se encuentra la Ermita, los bueyes se pararon y no hubo forma de hacerlos andar. Trajeron otros bueyes porque pensaron que éstos estarían cansados y por eso no querían andar, pero los nuevos también se negaron a continuar el camino. La gente que se enteró de lo ocurrido pensó que esto podía significar que el Santo Cristo quería quedarse en ese lugar. Entonces pidieron quedarse con la imagen a cambio de otra igual y así poder hacerle una Ermita en el lugar elegido por el Santo Cristo.
A continuación os pongo los versos que relatan este hecho.
Ya son tiempos muy remotos
cuando a La Mancha subían,
los bueyes que conducían
una gigante carreta.
Llevaban por cargamento
la imagen del Santo Cristo,
y al llegar a este lugar
no hubo poderes humanos,
que le hicieran caminar.
Y de La Mancha mandaron
mulas de más calidad,
para poder alcanzar
lo que todos perseguían.
Pero hallado tal fracaso,
pensaron que no era el caso,
de seguir más adelante,
y sin perder un instante,
dejaron a voluntad
aquellos bueyes gigantes.
Y una sorpresa invadió
al ver llegar la carreta
a lo alto de la cima
por tan empinada cuesta.
Allí su Ermita instalaron
porque nuestro Redentor,
quiso ser el protector
de nuestra preciosa vega.