Este inmenso edificio, al que hoy no se puede acceder, estuvo en funcionamiento durante casi 30 años. En él vivieron y murieron aislados centenares de pacientes. Este hecho, unido a supuestas apariciones, actividades sin explicación y psicofonías, lo han convertido en uno de los lugares con un aura más aterradora de la Región de Murcia.
sábado, 27 de enero de 2024
jueves, 18 de enero de 2024
Los cadaveres de San Agustin (Murcia)
En una calurosa mañana de 1896, en la iglesia de San Agustín varios albañiles realizaban obras para la mejora y conservación de la iglesia hasta que, en un momento determinado, uno de los albañiles descubre un hecho macabro, hay dos personas emparedadas en la pared, en estado de momificación. Esto solo fue el principio de lo que encontrarían después, pues se llegaron a encontrar 11 cuerpos, de los que 7 eran niños de entre 1 y 4 años.
Algunos dijeron que este hallazgo era fruto de una maldición que había caído sobre la ciudad de Murcia, mientras que otros decían que eran los cadáveres de santos que anteriormente vivían allí. Sin embargo, los investigadores no encontraron explicación a este grado de conservación. Se conservaban casi intactos, cosa que no era normal, puesto que los cuerpos pertenecían a gente humilde y no se podían permitir el gasto de embalsamar los cuerpos.
El suceso quedó poco a poco en el olvido, pero aún a día de hoy, mucha gente asegura escuchar voces extrañas cerca del convento de San Agustín, así como llantos de niños…
La casa encantada de Santa Eulalia (Murcia)
Un asesinato se produjo en esa casa, una infidelidad que uno de los hermanos Saavedra no perdonó y que castigó con el más severo de los castigos. La noble dama, según cuenta la leyenda, sigue apareciendo cada medianoche en los tejados de la plaza de Santa Eulalia entre terribles lamentos que no dejan dormir a los vecinos…
La cadena de la capilla de los Vélez (Murcia)
Cuenta la leyenda, que un mendigo que en realidad era un artista, talló la cadena de la capilla y tal fue la belleza de esta, que el Marqués de los Vélez al verla y cegado por el egoísmo y los celos de que otro pudiese tener una pieza tan bonita en su colección, decidió sacarle los ojos al mendigo y cortarle las manos. Por ello, cuenta la leyenda que aquel que toque la cadena con sus manos, verá como sus dedos caen de las manos como un fruto maduro al caer del árbol que lo sujeta.
El patíbulo de la perla en Ronda Garay (Murcia)
Corría el año 1893 y Josefa Gómez era ajusticiada por haber envenenado a su marido y a su criada de 13 años con estricnina, la cual había sido recomendada por un huésped de la pensión que regentaba para eliminar los celos de su marido. Ella, arrepentida, decía que no quería matar a nadie, sin embargo, y a pesar de las peticiones de indulto, fue ejecutada y desde entonces, se cuenta que cada 29 de octubre se escucha en Ronda de Garay a Josefa lamentar su final.
El teatro Romea (Murcia)
A mediados del siglo XIX, en la zona del Teatro Romea se ubicaba un antiguo cementerio que utilizaban los frailes de Santo Domingo. Cuando a estos frailes les fueron expropiados los terrenos, gracia precisamente no les hizo, por ello lanzaron una profecía: Tres incendios se producirían en el teatro cuando el aforo esté completo… En el primer incendio no morirá nadie, en el segundo fallecerá una persona y en el tercero, nadie saldrá vivo…
En un principio, nadie hizo caso a este mal augurio, sin embargo, en 1877 se produjo el primero, que acabó sin tener que lamentar víctimas mortales. El segundo llegó dos décadas después, en 1899 y murió una persona, tal y como contaba la profecía… El tercero aún no se ha producido, se dice que debido a la leyenda negra que se respira por los pasillos del Romea, en todos los eventos se dejan sin vender una o dos entradas para que el aforo del teatro nunca esté completo.
viernes, 5 de enero de 2024
El desdichado Beltrán (Mula, Murcia)
Dice el autor de la obra que en Mula le contaron la siguiente historia: «María era una
bellísima joven de diez y seis años, hija de un anciano y honrado labrador llamado Beltrán que cultivaba una corta hacienda en las inmediaciones del pueblo de un rico hacendado. Sus padres se habían casado de edad avanzada, muriendo su madre en el parto, desde entonces, Beltrán vivía para su hija.Era el día de la feria en honor del Niño y las calles de la villa estaban atestadas de forasteros y tratantes. Don Paquito Hurtado, donoso joven, rico y huérfano, natural de Valencia, había venido con otros amigos suyos a la famosa y antiquísima feria de ganado de Mula, a cambiar su hermosa jaca cordobesa y a jugar algunos doblones al monte. Al aproximarse a un corro donde bailaban alegremente varios aldeanos, descubrió a la lindísima María de quien se apasionó ciegamente. Pronto entabló con ella una sostenida conferencia amorosa. «¡Qué lástima, le decía, que tus bellas manos se endurezcan con las pesadas tareas del campo, que tu delicada tez se exponga todos los días a este sol abrasador y que reuniendo tantos encantos vayas a parar en ser la mujer de un torpe gañán! Cuánto mejor sería, hermosa niña, que te vinieses conmigo a mi tierra, allí tendrías criadas que te sirviesen, ricos vestidos, teatro y sobre todo, un hombre que te amará siempre.»