jueves, 22 de agosto de 2024

El cañico (Totana, Murcia)

 Todos saben dónde está el Cañico y pasan habitualmente cerca de él sin pararse a contemplar la singularidad del paraje. Es ciertamente bonito y singular, pues su geografía es bella, rodeada de huertos, con una rambla enfrente y otra a su espalda, amén de la que llega hasta el manadero, que procede de la venida del preciado líquido vivificador de huertos.

Otrora Totana se surtía del agua de los manantiales cercanos y de la que se trajo de la sierra tras la gran obra de Silvestre Martínez Teruel de la conducción del agua de La Carrasca hasta la plaza del pueblo para desaguar en la magnífica y airosa fuente barroca. Esa fuente hermosa y discreta como una bella joven que no quiere protagonismo, razón por la cual no se puso en el centro de la plaza, sino lateralmente para que su hermosura no sea tan evidente y haya que buscarla.

Es probable que sea el Cañico la que las crónicas del siglo XV llaman la Fuente de Totana, pues no se conoce otra con esa denominación, en la que ocurrió un singular hecho en el que se mezclan la caballerosidad de la época y la traición en un momento histórico en que en el Reino de Murcia luchaban entre sí los primos Fajardo, el de Murcia y el llamado Bravo de Lorca.

La historia parece sacada de un libro de caballerías medieval, pero las crónicas del Reino de Valencia la cuentan con nombres y apellidos, con los datos históricos, fechas y nombres,  necesarios como para comprobar su veracidad del relato.

Narran las viejas crónicas que un caballero se sintió ofendido por otro noble cercano a la Corona de Castilla llamado don Bernat de Vilarig y Gómez de Figueroa, razón por la cual lo retó a duelo singular y cuando el primero le pidió condiciones éste impuso que el duelo se celebrara en Granada y nombró como juez al rey musulmán de Granada, que por entonces mantenía una paz aparente con Castilla.

El caballero Vilarig recibió garantías de paso del rey de Valencia y supuso que como vasallo del rey de Castilla su tránsito por el reino de Murcia perteneciente a dicha corona, razón por la cual emprendió viaje a Granada para llegar en la fecha prevista para el duelo, pues de no comparecer sería denigrado como caballero.

Pero el Fajardo de Murcia y su primo lorquino estaban en guerra y esto lo aprovechó el retador para urdir una traición y que en su paso por la zona en poder de Fajardo el Bravo fuera asaltado y le dieran muerte. Cuando don Bernat de Vilarig y sus escasos hombres descansaba en la Fuente de Totana, en las inmediaciones de Aledo, fueron rodeados y atacados por un grupo de hombres armados que intentaron darles muerte. Algunos cayeron, pero tanto la hueste de Vilarig como los musulmanes que mandó en garantía de paso el rey de Granada evitaron que mataran al jefe aunque quedó muy malherido.

Ante la gravedad de las heridas, don Bernat fue llevado a Aledo, pero en el pueblo fortificado no había quien pudiera sanarlo, por lo que se repuso unos días y fue llevado a Alicante donde los físicos curaron sus heridas y pudieron embarcarlo para llegar a Valencia donde sería totalmente repuesto de sus heridas por mejores médicos.

Mientras el caballero se reponía de sus heridas llegó la fecha del duelo y naturalmente no se presentó, algo que el traidor retador ya sabía, por lo que se hizo testimonio y el rey granadino lo dio por perdedor, poniendo un escudo con sus armas clavado en el suelo aunque invertido, que era la afrenta mayor que podía sufrir un caballero.

Afortunadamente Bernat de Vilarig pudo demostrar la traición que cometieron con él y recuperó su honor, sin que el traidor sufriera pena alguna en aquellos revueltos tiempos.

La princesa rusa (San Pedro del Pinatar, Murcia)

 Entre las historias más conocidas hemos de destacar la leyenda de la princesa rusa, donde encontramos dos personajes relacionados con la historia de la ciudad. Por un lado, el Barón de BenifayóD. Julio Falcó d’Adda, nacido en Milán, quien tuvo sus discrepancias con Amadeo de Saboya y fue relegado a la zona de la laguna en las Islas Volcánicas (a las que daría nombre: La Mayor, La Perdiguera, La Redonda, La de Ciervo y la del Sujeto). Allí el barón construyó un palacio donde -se dice- solía realizar fiestas multitudinarias. De otro lado, una chica rusa, Natacha Seslavin, cuya familia pasaba por inclemencias económicas y que tuvo que aceptar el matrimonio de conveniencia y nunca encontró el amor. Se dice que el barón, cansado de estar con ella, ordenó acabar con su vida y fue enterrada en las mismas orillas en donde solía pasear desnuda a la luz de la luna. Desde entonces son numerosos los testimonios de pescadores que aseguran haber visto a una mujer blanca, una especie de ser de luz pasear en la misma zona en donde se supone que se encuentra enterrada el cuerpo de esta princesa rusa.


domingo, 7 de abril de 2024

El avión sumergido (San Javier, Murcia)

 Por la zona sur del Mar Menor, junto a la Isla Rondella, la parte más profunda de toda la salada laguna, hay un avión sumergido, todo cubierto de algas y rocáceo caracolillo blanco. Tiene su piloto a los mandos, propia calavera tocada de casquete de cuero y gafas alzadas. Los peces de profundidad y las medusas blancas, amigas de las acuosas honduras, pululan silenciosas en torno al aeroplano. Y todo él parece a la espera, eterna, de la orden de despegar para surgir de nuevo a los aires, buscando un destino de tierra que ya nunca tendrá. Sucedió en plena Belle Epoque, dulce periodo prebélico en una Europa feliz e inconsciente. Desde un aeródromo francés del norte de África, despegó uno de aquellos aviones de carlinga inclinada, biplano y gran motor delantero de grueso morro. Anochecía, y era su misión hacer un vuelo nocturno con innovadoras estrategias aeronáuticas. La orientación nocturna experimentaba nuevas técnicas, en realidad pioneras. El avión debería sobrevolar toda la costa argelina de oriente a occidente… pero cierto destino logró desviarlo. Fueron burlados así los planes pensados para erigir un nuevo hito en la Historia de la Aviación. El avión, de la casa Breguet, acabó en la costa española. Nada vio el piloto, salvo el intermitente aviso lumínico de Cabo de Palos. Al poco, el choque con las tranquilas aguas oscuras del Mar Menor, varias horas ya inmerso en las nocturnas sombras. Luego, el posarse sobre el lodoso fondo aledaño a la Rondella. Los barcos que por allí pasan cuando la primera luna llena estival está cercana, si paran el motor, o yendo a vela, silencian voces… pueden escuchar el ruido de la hélice, que aunque siempre quieta, sabe emitir cierto dulce ronroneo del avión presto a despegar. Dice la leyenda que algún día, cuando otra vez la luna llena de Julio tenga la misma fuerza que hizo desorientarse al avión en su vuelo africano, logrará arrancar el avión y alzarse de las aguas, saliendo con el arrastre de luengas algas de sus alas, que, como galas de novia, lo acompañarán en su postrer vuelo. Me contó un poeta ribereño, de esos que saben las causas primigenias de las historias más verdaderas -que son las leyendas- que el avión fue hechizado por la luna, y que perdió su rumbo, raptado por el amor súbito de Selene. Y que cuando, nueva vez, la luna de Julio vuelva a brillar tanto como aquella vez de inicios de Novecientos, la mecánica del avión volverá a sentir la fuerza inmensa del temblor que mueve desde siempre al mundo, y rodando brevemente sobre el fondo, despegará imparable hasta llegar a la misma luna, donde se posará majestuosamente sobre aquel polvo de plata que un día lo hechizó. Estad atentos, pues, a las lunas de Julio desde ahora…

domingo, 31 de marzo de 2024

El salto de la novia (Ojos, Murcia)

 Cuenta la leyenda que en tiempos medievales, la hermosa hija del comendador de Santiago en Ricote se enamoró de un valeroso oficial cristiano. Sin embargo, la tragedia golpeó sus vidas cuando el amado oficial perdió la vida en una batalla. Desconsolada por su pérdida amorosa, la joven se arrojó desde lo alto del acantilado del Salto de la Novia, encontrando su triste destino entre los torbellinos de las aguas. Su sacrificio y su amor eterno quedaron grabados en la memoria de aquel lugar.

Otra versión de la leyenda relata una historia de persecución y tragedia. La joven y su amado decidieron huir juntos para escapar de las tropas de un rey moro, quien se había enamorado de la hija del comendador. Sin embargo, su intento de escapar resultó en un destino aún más trágico: el amado fue capturado y ejecutado por las tropas árabes, mientras que la joven, en su desesperada huida, encontró la muerte en el fondo del acantilado. Desde entonces, el Salto de la Novia ha sido testigo silencioso de estas historias de amor y tragedia.

domingo, 10 de marzo de 2024

Castillo de Concepción Cartagena (Murcia)

 Sus muros encierran una terrible leyenda, una historia de amor imposible que acabó con una dama emparedada viva por su marido, enfurecido de celos. Se dice que el espíritu de la mujer todavía vaga por el castillo, que se ha podido ver una nebulosa blanca atravesando paredes y se han escuchado ruidos extraños.

Orfanato Valle Perdido (Murcia)

 Otro lugar muy ligado al sufrimiento humano. En este caso, al de huérfanos de la Guerra Civil que no encontraron en él precisamente un hogar, sino un lugar donde crecieron bajo una estricta disciplina llena de castigos. Abandonado desde hace años, se dice que en él se han visto sombras y escuchado voces.

sábado, 27 de enero de 2024

Sanatorio de tuberculosos (Murcia)

 Este inmenso edificio, al que hoy no se puede acceder, estuvo en funcionamiento durante casi 30 años. En él vivieron y murieron aislados centenares de pacientes. Este hecho, unido a supuestas apariciones, actividades sin explicación y psicofonías, lo han convertido en uno de los lugares con un aura más aterradora de la Región de Murcia.

jueves, 18 de enero de 2024

Los cadaveres de San Agustin (Murcia)

 En una calurosa mañana de 1896, en la iglesia de San Agustín varios albañiles realizaban obras para la mejora y conservación de la iglesia hasta que, en un momento determinado, uno de los albañiles descubre un hecho macabro, hay dos personas emparedadas en la pared, en estado de momificación. Esto solo fue el principio de lo que encontrarían después, pues se llegaron a encontrar 11 cuerpos, de los que 7 eran niños de entre 1 y 4 años.

Algunos dijeron que este hallazgo era fruto de una maldición que había caído sobre la ciudad de Murcia, mientras que otros decían que eran los cadáveres de santos que anteriormente vivían allí. Sin embargo, los investigadores no encontraron explicación a este grado de conservación. Se conservaban casi intactos, cosa que no era normal, puesto que los cuerpos pertenecían a gente humilde y no se podían permitir el gasto de embalsamar los cuerpos.

El suceso quedó poco a poco en el olvido, pero aún a día de hoy, mucha gente asegura escuchar voces extrañas cerca del convento de San Agustín, así como llantos de niños…

La casa encantada de Santa Eulalia (Murcia)

 Un asesinato se produjo en esa casa, una infidelidad que uno de los hermanos Saavedra no perdonó y que castigó con el más severo de los castigos. La noble dama, según cuenta la leyenda, sigue apareciendo cada medianoche en los tejados de la plaza de Santa Eulalia entre terribles lamentos que no dejan dormir a los vecinos…

La cadena de la capilla de los Vélez (Murcia)

 Cuenta la leyenda, que un mendigo que en realidad era un artista, talló la cadena de la capilla y tal fue la belleza de esta, que el Marqués de los Vélez al verla y cegado por el egoísmo y los celos de que otro pudiese tener una pieza tan bonita en su colección, decidió sacarle los ojos al mendigo y cortarle las manos. Por ello, cuenta la leyenda que aquel que toque la cadena con sus manos, verá como sus dedos caen de las manos como un fruto maduro al caer del árbol que lo sujeta.

El patíbulo de la perla en Ronda Garay (Murcia)

 Corría el año 1893 y Josefa Gómez era ajusticiada por haber envenenado a su marido y a su criada de 13 años con estricnina, la cual había sido recomendada por un huésped de la pensión que regentaba para eliminar los celos de su marido. Ella, arrepentida, decía que no quería matar a nadie, sin embargo, y a pesar de las peticiones de indulto, fue ejecutada y desde entonces, se cuenta que cada 29 de octubre se escucha en Ronda de Garay a Josefa lamentar su final.

El teatro Romea (Murcia)

 A mediados del siglo XIX, en la zona del Teatro Romea se ubicaba un antiguo cementerio que utilizaban los frailes de Santo Domingo. Cuando a estos frailes les fueron expropiados los terrenos, gracia precisamente no les hizo, por ello lanzaron una profecía: Tres incendios se producirían en el teatro cuando el aforo esté completo… En el primer incendio no morirá nadie, en el segundo fallecerá una persona y en el tercero, nadie saldrá vivo…

En un principio, nadie hizo caso a este mal augurio, sin embargo, en 1877 se produjo el primero, que acabó sin tener que lamentar víctimas mortales. El segundo llegó dos décadas después, en 1899 y murió una persona, tal y como contaba la profecía… El tercero aún no se ha producido, se dice que debido a la leyenda negra que se respira por los pasillos del Romea, en todos los eventos se dejan sin vender una o dos entradas para que el aforo  del teatro nunca esté completo.

viernes, 5 de enero de 2024

El desdichado Beltrán (Mula, Murcia)

   Dice el autor de la obra que en Mula le contaron la siguiente historia: «María era una

Panorámica de Mula 57 bellísima joven de diez y seis años, hija de un anciano y honrado labrador llamado Beltrán que cultivaba una corta hacienda en las inmediaciones del pueblo de un rico hacendado. Sus padres se habían casado de edad avanzada, muriendo su madre en el parto, desde entonces, Beltrán vivía para su hija.

Era el día de la feria en honor del Niño y las calles de la villa estaban atestadas de forasteros y tratantes. Don Paquito Hurtado, donoso joven, rico y huérfano, natural de Valencia, había venido con otros amigos suyos a la famosa y antiquísima feria de ganado de Mula, a cambiar su hermosa jaca cordobesa y a jugar algunos doblones al monte. Al aproximarse a un corro donde bailaban alegremente varios aldeanos, descubrió a la lindísima María de quien se apasionó ciegamente. Pronto entabló con ella una sostenida conferencia amorosa. «¡Qué lástima, le decía, que tus bellas manos se endurezcan con las pesadas tareas del campo, que tu delicada tez se exponga todos los días a este sol abrasador y que reuniendo tantos encantos vayas a parar en ser la mujer de un torpe gañán! Cuánto mejor sería, hermosa niña, que te vinieses conmigo a mi tierra, allí tendrías criadas que te sirviesen, ricos vestidos, teatro y sobre todo, un hombre que te amará siempre.»

  María era inocente y pura y, aunque se prendó también de Hurtado, no atendía a sus peligrosos discursos y resistió largo tiempo. Mas aquel libertino de profesión, no era hombre que cejase prontamente en sus propósitos. Venciendo cuantos obstáculos se le presentaron, pocos años después, logró adquirir la propiedad de la finca que cultivaba el padre de María y le hizo donación de ella. Tan desusada generosidad fue un nuevo dardo que atravesó el ya herido corazón de la joven. Cierto día que estaba sola en la casa, se vio sorprendida por su amado que con lágrimas, promesas y juramentos, logró arrebatarla en sus brazos y Feria 57llevársela en su caballo al gran galope. Casualmente, nadie fue testigo del rapto y el buen labrador Beltrán hubo de volverse loco al encontrarse sin su hija única a quien amaba con delirio.

Habían pasado más de seis meses cuando, por no se que negocio judicial, Beltrán tuvo que hacer un viaje a Valencia, ciudad que Hurtado no nombra jamás en casa de María, ni menos, había revelado que fuese su patria y residencia. Al atravesar Beltrán la ciudad vio una señora, lujosamente vestida y asomada al balcón en una casa de hermosa apariencia, que le pareció su hija. Sin embargo, de su viva emoción logró contenerse y se informó de los vecinos del nombre del dueño del caserío. Al oír el de Hurtado, adivinó con su instinto de padre herido todo cuanto había sucedido y trató de vengarse. Sabiendo que aquel acostumbraba ir a caballo solo a una quinta suya las más de las tardes y que volvía a Valencia de noche, le aguardó en el camino y casi a boca de jarro le disparó un trabucazo. Don Paquito cayó en tierra y Beltrán se dirigió a la ciudad en busca de María. Ésta, a pesar del cariño que tenía a su amado, cuya suerte ignoraba, no pudo resistir al mandato de su irritado padre y le siguió llorando. Al llegar a su aldea (Mula) le refirió aquel, sin preparación alguna, la muerte de Hurtado. María sintió los dolores de un parto prematuro y al dar la vida a un niño perdió ella la suya.

No se termina aún aquí esta triste historia, pues al cabo de tresVista de Murcia 1 meses, cuando Beltrán comenzaba a moderar el terrible dolor que le causara la pérdida de su amada María, vio entrar de repente, con el asombro que puede imaginarse, al mismo don Paquito, que como es de suponer no había muerto y restablecido de sus heridas iba en busca de María con el objeto de desposarse con ella. Beltrán, creyendo ver un ser del otro mundo, se volvió loco. Pero al fin, al cabo de algún tiempo, recobró la razón y fue a vivir en compañía de Hurtado que con las desgracias se había convertido en un hombre juicioso y moderado y se dedicó a la educación de su hijo y al cuidado de Beltrán.»