Muy cerca del pueblo se encuentra el paraje denominado "El Galayo", un lugar donde poder ver con tranquilidad alguna de las aves acuáticas que frecuentan su laguna, con agua durante todo el año.
Está situada dentro de la depresión formada por el "Arroyo de Abengibre", por aquí conocido como "la Cañada". En este tramo, el cauce del arroyo se estrecha, hasta pasar entre dos grandes farallones de piedra, muy próximos entre sí y de varias decenas de metros de altura.
La morfología de los farallones, el estrechamiento del arroyo y la laguna, permitieron en la prehistoria y posteriormente los romanos, utilizar este lugar como cazadero.
Bajo estas espectaculares paredes, se sitúa la laguna, y alrededor de ella, una zona habilitada para picnic. Por lo que se cuenta, la laguna nunca se ha secado y su profundidad se desconoce.
Desde el camino, en el farallón que hay al otro lado de la laguna, se ve un pequeño agujero cerca del agua, cuenta la leyenda que si se pide un deseo y se lanza una piedra, si esta se queda en el agujero el deseo se cumplirá.
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