Existe una leyenda en El Provencio
según la cual hubo un enfrentamiento entre los pobladores de Villaescusa de
Haro y los de El Provencio, cuyo nombre en aquella época, cuando aún no era villa,
era de "Venta del Pro". Este enfrentamiento consistió en que, una vez
elegida como patrona a la Virgen del Rosario y como patrón a San Roque,
encargaron la talla de la Virgen a un famoso escultor y acordaron el precio.
Los de Villaescusa por aquel entonces estaban en la misma tesitura y fueron a encargar
la talla al mismo escultor. Cuando vieron la imagen de la Virgen encargada por
los de "La Venta del Pro, ya terminada, les gustó tanto que ofrecieron más
dinero al imaginero y se quedaron con ella. Los habitantes de la " Venta
del Pro" quedaron muy apenados por este hecho. Una noche, mientras dormía,
se apareció la Virgen al que tuvo la misión de encargar la talla y le dijo que
se levantara y le siguiera, llevándole
hasta la iglesia de Villaescusa, encontrando las puertas abiertas, viniéndose con él la Virgen hasta
El Provencio.
Cuando se enteraron los de Villaescusa
pensaron que la imagen había sido robada, y vinieron a la "Venta del
Pro" de madrugada, forzaron la puerta de la iglesia y cargaron la imagen
en una carreta tirada por bueyes. Cuando llegó la carreta a una calle junto a
la actual ermita de San Antón, llamada por este hecho calle de la Virgen, los
bueyes se negaron a seguir para adelante, por lo que este lugar es conocido
como el alto de la virgen.
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