Cuenta la leyenda que la imagen de
la Virgen de Sonsoles tiene su origen en la
época de los apóstoles. Esta
pequeña figura tallada
en madera, de tez muy
oscura y con el niño Jesús apoyado
en su brazo izquierdo fue creada en tierras de Jerusalén.
Posteriormente
fue trasladada a Roma donde, San Pedro, se la dio a uno de
sus apóstoles para que
la trajera a la Península Ibérica mientras difundía la
palabra de Dios.
Esta virgencita fue venerada por
los romanos-cristianos y los godos-cristianos hasta el momento en el que los musulmanes invadieran la península.
Y
para evitar que fuera robada o profanada, un grupo de cristianos decidió ocultarla, tan
sumamente bien, que durante décadas, nadie supo donde se hallaba.
Cuando
las tropas de Alfonso V reconquistaron Ávila y expulsaron a los musulmanes de la ciudad,
los cristianos comenzaron
a retornar a sus costumbres. Cuentan que un día, en Los Serranillos, estaban dos niños pastores cuidando de las ovejas.
Y como niños que eran, pasaban la mayoría del tiempo jugueteando en el campo.
En
cierto momento, acercándose a un peñasco, vieron como salía una especie
de luz de una oquedad.
Comenzaron a retirar las piedras necesarias para que, sus pequeños cuerpecillos
pudieran acceder.
Y
sus ojillos traviesos y alegres descubrieron aquella talla de la virgencita que
algunos cristianos habían
ocultado.
De
los bellos ojos de
la imagen salía
una luz cálida y muy
envolvente que tranquilizó a los niños y ambos, al unísono, gritaron: ¡son soles!, ¡son soles!
Y
la virgencita pequeña
y morena recibió con gratitud su nuevo nombre: Sonsoles.
Esta
pequeña talla de madera fue mutilada y destrozada
en el siglo XVI y tuvo que ser sustituida por una copia.
El Santuario de la Virgen de Sonsoles se encuentra a unos
cinco kilómetros de la ciudad de Ávila.
Si
visitáis el santuario y
queréis ver a la virgen primitiva os
tendréis que acercar a la sacristía.
Allí, en un pequeño camarín, se encuentra sobre un pequeño altar. Llama la atención que está
semiescondida.
Cuenta la leyenda que a esta virgencita primitiva, nunca se le ha podido sacar de estas
tierras. Hasta dicen que, cuando lo han intentado, siempre ha ocurrido algún
imprevisto: es como si la Virgen de Sonsoles no quisiera salir de
allí.
En
algunas ocasiones, cuando la han querido llevar a la ciudad, relatan que según iban
subiendo la cuesta se iba haciendo pesada,
más pesada, muy pesada, hasta el punto de no poder con
ella.
Era
evidente, que la Virgen se
quería quedar en su santuario,
en sus campos y al lado de la naturaleza.
Y
buscando información del porqué ocurría esto he encontrado algo que, a
los abulenses no les
llamará la atención, pero a los que no somos de esta bella tierra, puede llegar
a sorprendernos.
Mientras,
me siento en uno de los bancos exteriores de este bello santuario que invita al sosiego,
al silencio y a la relajación.
Escucho
el agua de la fuente, incansable repiquetear en la piedra. Las ramas de los
olmos y álamos se mecen ligeramente con la brisa que sopla. Y os cuento…
Parece
muy cierto que siempre existió una gran rivalidad entre los devotos de la Virgen de Sonsoles y Santa Teresa.
Contaban que la Virgen de Sonsoles se había enfadado mucho
por haber sido nombrada Patrona de Ávila, Santa Teresa y
que por esta razón, no había forma de transportarla a la ciudad.
Curiosa rivalidad entre una virgen y una santa.
Antaño,
en este valle, los campesinos y ganaderos trabajaban para abastecer con sus
productos a los habitantes de la ciudad.
Por
eso, consideraban a la Virgen de Sonsoles, patrona del campo, la sierra, el valle y, de alguna forma, de
la ciudad que siempre protegía.
La
construcción del santuario que
albergó a esta virgen se produjo ante la sucesión de un montón de milagros que se le
atribuyeron. Desde el campo de batalla, pasando por curaciones de
enfermedades como la peste, o la llegada de las lluvias en las épocas de
sequía.
Resulta
curioso para los que no somos de estas tierras que exista tanta devoción hacia
la Virgen de Sonsoles, cuando siempre, a nivel internacional, se ha mencionado
a Santa Teresa.
Es
interesante observar la diferencia entre
ambas: ya que Teresa tuvo
condición humana y Sonsoles, de carácter divino. Dicen que la santa, era santa, pero no virgen…
Y
como humana que
fue Teresa, tuvo tantas
debilidades como cualquier ser humano.
Algunos cuentan que tuvo varios novios…
La Virgen de Sonsoles estaba muy unida al
campo, a los animales y al trabajo
La
mayoría de abulenses prefiere
a su virgen ya que se
le atribuyen numerosos milagros.
Pero
de entre los que he leído, os voy a destacar dos, que son los que más me han gustado.
Cuenta
la leyenda que vivía en las Indias,
un caballero de
origen abulense que
era propietario de numerosas tierras de cultivo. Todos los días recorría
montado en su caballo sus propiedades para revisarlas.
Un
día, estando cerca del río, le salió al paso un enorme cocodrilo que atacó a su caballo.
El caballero, viendo peligrar su
vida, se encomendó a la Virgen de Sonsoles.
De
pronto, la fusta que
llevaba en la mano se convirtió en una durísima espada con la que pudo hacer frente al animal e,
incluso, matarlo.
El
hombre, muy agradecido, decidió, a pesar de la distancia, trasladar el enorme
animal al Santuario de
la Virgen de Sonsoles en señal de agradecimiento.
Y
es verdad. El cocodrilo aquí
está. Y aunque estuvo durante mucho tiempo colgado del techo, a la vista de
todos, actualmente se halla en una urna.
Muchos
llegaron a decir que era de cartón. Los niños salían de la sala atemorizados y
llorando cuando lo veían. Pero el cocodrilo es
un animal de verdad.
En
época de la Armada Invencible se
encontraba una de las naves en el paso de Calais.
De
pronto se desató una terrible tormenta que hacía presagiar lo peor. Uno de los
marineros, muy devoto a la Virgen
de Sonsoles, pidió con oraciones que les sacara de allí vivos.
La
nave pudo llegar a puerto
español sin daños importantes. Así que, el marinero, ofreció
un barco pequeño a
la Virgen como señal
de agradecimiento. Esta pequeña nave también la podemos ver colgada.
Sigo
leyendo y, al mismo tiempo, escuchando el murmullo de la fuente.
Y
os cuento la leyenda que,
a mí, más me ha gustado. Es posible por la etapa histórica en la que está
situada: la Guerra Civil española.
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