Hace
más de un siglo y medio, en un agregado del pueblo de Lastras del Pozo, cuyo
nombre es Castellana, tuvo lugar el siguiente suceso: tenía el molinero un hijo
de corta edad que, jugando, cayó al pozo de la noria del molino, de donde es
imposible salir por medios propios y donde resulta inútil cualquier ayuda que
se pretenda desde fuera. Entonces, la abuela encomendó su nieto al Cristo de
Lumbreras. Este se apareció en la cruz y salvó al niño, que quedó fuera del
agua, a la orilla del cauce.
Una
prueba fehaciente es la pintura que retrata el mismo hecho y que en la
actualidad se encuentra en la iglesia parroquial del citado pueblo.
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