Según
cuenta la leyenda, aquí no había ni un curso de agua y para peor una tremenda
sequía azotaba la región. Entonces llegó a la villa un valiente y rico
caballero que se enamoró de una noble y bella joven. Ella lo rechazó una y otra
vez, “hasta que el río Zapardiel-que pasaba algo lejos de allí-no riegue
nuestros huertos y jardines”.
Parece
que el caballero no era de los que se dan por vencidos fácilmente, de manera
que contrató cientos de trabajadores y gastó toda su fortuna para desviar el
curso del río y hacerlo pasar bajo las ventanas de su amada. Así, el río
Zapardiel pasa por Medina del Campo y queremos creer que el caballero y la dama
vivieron juntos y felices por muchísimos años.
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