Cuenta
la leyenda que unos arrieros fueron acusados de robar aceite de la ermita del
Cristo y, al negarlo, juraron que no era cierto y que, si lo fuera, se
despanzurrara su buey. Al momento se desprendió, convertida en piedra, la panza
del animal. Lo cierto es que se trata de una pieza, de media tonelada de peso,
cuya composición no se encuentra en Tierra de Campos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario