jueves, 26 de julio de 2018

Cristo de la Sangre (Gibraleón, Huelva)


Cuenta la leyenda que una fría mañana de mediados del siglo XVI, después de una noche de abundantes tormentas, apareció un carro que transportaba un crucificado en los muros del convento que existía en lo que hoy se conoce como la iglesia del Carmen.
Sin embargo, el vehículo, que era tirado por bueyes, presentaba una rueda rota. Tras realizarse diversas gestiones para que la imagen siga el camino que la lleve a su destino, los bueyes se negaron a andar y, pese a ser cambiados por otros, el Cristo no se movía del lugar, según recoge la Hermandad del Cristo de la Sangre y la Virgen de la Soledad en su web. “Por tanto –añade- se decidió que era una señal divina y que esa imagen del Cristo debía quedarse en el monasterio”.
Dicha imagen sería bautizada posteriormente como el Cristo de la Sangre, en referencia al que era custodiado con anterioridad en dicho convento y que procesionaba “el jueves al caer el sol”.
Cristo de la Sangre 1

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