El amor, la muerte y la
traición son los ingredientes de esta historia. Su protagonista es Susana Ben Susón,
la hermosa hija de un judío converso, que encabezó una sublevación para hacerse
con el control de la ciudad y acabar con la persecución de los judíos. La
reunión de los conspiradores se celebró en la casa de Diego Susón. Susona, que
mantenía una relación con un joven cristiano de la nobleza, corrió a avisar a
su amado para que se salvase. Este a su vez dio la alarma al asistente de la
ciudad, que ordenó detener a los implicados, incluido el padre de Susona. Los
conspiradores fueron ahorcados.
Susona, desolada por la muerte de su padre, vivió sus últimos días retirada en un convento. Ordenó que a su muerte su cabeza fuese separada de su cuerpo y fuera expuesta en la puerta de su casa en la Calle Muerte, en el barrio de Santa Cruz. Hoy todavía puede verse un azulejo con una calavera en esta calle, que lleva el nombre de la protagonista de esta leyenda.
Susona, desolada por la muerte de su padre, vivió sus últimos días retirada en un convento. Ordenó que a su muerte su cabeza fuese separada de su cuerpo y fuera expuesta en la puerta de su casa en la Calle Muerte, en el barrio de Santa Cruz. Hoy todavía puede verse un azulejo con una calavera en esta calle, que lleva el nombre de la protagonista de esta leyenda.
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