En la Plaza del Salvador se desarrolla esquina con
la calle Villegas, nos encontramos una cruz de gran tamaño
en el muro de la Iglesia la cruz de la Culebra y bajo ésta podemos ver una
lápida con un rezo, recordando la devoción y obligación que existía en Sevilla
de ponerse de rodillas en el suelo cuando pasase el Santísimo Sacramento.
Nos
situamos en el barrio de San Lorenzo donde en la calle Buen Rostro había una
taberna, allá por el s. XV. En la taberna había varios amigos y al oir los
rezos del Santísimo Sacramento que se acercaba, los bebedores de la taberna
salieron y se arrodillaron al paso de la comitiva. Entre ellos se
encontraba Mateo “el rubio”,
que presumiendo que parecían mujeres arrodilladas, pregonó que él no se
arrodillaba, que se quedaría de pie siempre.
Y efectivamente así se quedó ya que un rayo divino
cayó sobre él justo en ese momento, el cual le hundió de pie hasta sus rodillas
en el suelo convirtiendo su cuerpo en piedra. Su torso se
puede contemplar en la antigua calle Buen Rostro la cual desde entonces pasó a
llamarse calle Hombre de Piedra ya desgastado por el paso del tiempo.
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