San Cristóbal Mártir es
el patrón de la Villa de Burguillos. Este santo, además, es el patrón de los
conductores. Para hablar de su leyenda podemos comenzar con lo que parecen
hechos probados, o por lo menos aceptados, por parte de todos.
Nos remontamos al siglo
III de nuestra época, y nos encontramos con un joven soldado romano procedente
de Canaán y de nombre, posiblemente Réprobo. Según la tradición este soldado
combatió brillantemente contra los persas en tiempos de Gordiano y se trataba
de un soldado de gran estatura y excepcional fuerza.
Por los motivos que
fueran, ya veremos más adelante lo que nos dicen las tradiciones, el citado
soldado se convirtió al cristianismo y fue bautizado en Antioquía.
Comenzó a predicar por
las zonas de Licia y Samos, donde se hizo muy popular y consiguió multitud de
seguidores y conversos a la fe cristiana.
Al aumentar su fama y
viendo en él un grave riesgo, fue ordenado encarcelar por el rey Dagón, que
estaba a las órdenes del entonces emperador de Decio, por aquellos tiempos
emperador de Roma.
Los intentos por parte de
Dagón para que renunciara a su fe cristiana fueron tan numerosos como
infructuosos.
El rey Dagón le envió dos
cortesanas, de nombres Niceta y Aquilina, para seducirlo pero cual fue su sorpresa
cuando observó que Cristóbal las convirtió al cristianismo por lo que fueron
condenadas a muerte y lo hicieron en el martirio.
Posteriormente se
realizaron numerosos intentos de tortura, resistidos por el Santo con gran
templanza, por lo que Dagón ordenó que fuera asaeteado con numerosas flechas y
posteriormente degollado y decapitado por el verdugo.
Según Gualterio de
Espira, la nación Siria y el mismo Dagón se convirtieron a Cristo
posteriormente.
Desde el siglo V
comienzan los cultos a tan destacado Santo que recibió el nombre de Cristóbal,
que procede del vocablo “Cristóforo” y que significa “Conductor de Cristo”.
Ahora bien, ¿dónde
encontramos los fundamentos a este nombre?, ¿cómo se produce su conversión al
cristianismo? Evidentemente nos tenemos nuevamente que basar en las
tradiciones, en las culturas populares y en el boca a boca que va transmitiendo
de generación en generación una historia, preciosa en sus contenidos y que
finalmente llega a nuestros oídos como algo ya aceptado por todos los creyentes.
Cuenta la leyenda que el
joven y fornido Réprobo, un hombre muy apuesto de estatura colosal y tan
orgulloso que no se conformaba con servir a amos que no fueran dignos de él, se
encontraba al servicio de poderoso Rey, dominador de todos los territorios
conocidos.
Creíale Réprobo, al
citado rey, la persona de mayor valor y poder de la Tierra, hasta que un día al
mencionarle el nombre de Satanás, vio como al rey se le tornó el gesto, comenzó
a titubear y temblar y le entró un extraño miedo. Viendo lo acontecido, el
joven soldado pensó que su rey era débil, no digno de su servicio y que debía
haber algo en el citado Satanás, que le hacía más fuerte y poderoso, por lo que
su orgullo le llevó a entrar al servicio de Satanás.
Aquí la leyenda muestra
dos versiones:
En la primera nos
presenta a Réprobo, ya al servicio de Satanás y paseando por un camino con el
diablo y en el que encontraron una Cruz, que hizo temblar a Satanás…..
En la
segunda se nos habla de Réprobo decidido a ponerse al servicio del diablo, verdadero
príncipe de este mundo, y buscando a un brujo que se lo presentara. En el
camino el brujo pasa junto a una Cruz situado al borde de un vado de un río, y
temblando la evita. Réprobo le pregunta entonces si temía a las cruces y le
contesta que no, que le temía a quién había muerto en la Cruz, un tal
Jesucristo. Réprobo le pregunta entonces si Satanás temía también a Jesucristo,
y el brujo le contesta que “Satanás tiembla a la sola mención de una Cruz donde
murió Jesucristo”.
Sea cual sea la verdad lo
cierto es que Réprobo duda nuevamente de estar sirviendo al ser más poderosos
de la Tierra, por lo que decide permanecer sobre aquella Cruz tan poderosa,
hasta que alguien le explique su verdadero significado.
Cuenta una leyenda que
pasó un monje por el lugar y le dijo a Réprobo que la Cruz representaba al Ser
más poderoso del Mundo, al Salvador de todos los hombres. Al oír esto el joven
guerrero se puso al servicio de tan poderoso personaje y aconsejado por el
monje, se dedicó a cruzar sobre sus hombros a todos los viajeros de una orilla
a otra del río.
Otra leyenda dice que
Réprobo se quedó en el citado vado para buscar la solución al enigma de la
Cruz, ganándose la vida cruzando a los viajeros de una orilla a otra, sobre sus
hombros.
Sea como fuera un día un
niño pidió a Réprobo que le cruzara a la otra orilla. El santo coge al niño
sobre sus hombros y al llegar a la mitad del río no puede seguir de tanto como
le pesaba y solo con grandes esfuerzos consigue llegar a la otra
orilla.
Réprobo pregunta al niño;”¿Quién eres, niño, que me pesabas tanto que
parecía que transportaba el mundo entero? y el niño le contesta; “Tienes razón,
peso más que el mundo entero, pues soy el Creador del Mundo. Yo soy Cristo, me
buscabas y me has encontrado. Desde ahora te llamarás Cristóforo, Cristóbal, el
portador de Cristo. A cualquiera que ayudes a pasar el río, me ayudas a mí”.
Y hasta aquí esta bonita
leyenda que intenta poner la luz en tan enigmático personaje convertido a lo
largo de la historia, en Santo y que fue elegido como hemos comentado, patrono
de los automovilistas y transportistas.
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