Según cuenta la leyenda, este Cristo de la Sangre pasaba por el pueblo camino de Antequeraprocedente de Sevilla, en donde había sido hecho en pasta. Al pasar por donde hoy tiene su ermita, la carreta que era transportada por bueyes se «atrancó y tuvimos que hacerle la casa porque no quería irse de este pueblo».
Es del siglo XVI, y aunque no tenga grandes méritos artísticos, tiene una gran devoción por la población. Presenta un perfecto estado de conservación.
Fué reformada en el Siglo XVIII.
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