Dice la leyenda que Pastor sufría de catalepsia, una enfermedad muy común en la época y que en algunas ocasiones provocaba que se decretara como muertas a personas que en realidad no lo estaban. A la muerte del doctor, comenzó a correr el rumor de que en realidad su muerte podría haber sido un ataque de esta enfermedad. Llegaron a Utrera médicos procedentes de Sevilla, que exhumaron el cadáver y pudieron comprobar como el ataúd estaba arañado. Desde entonces se ha creado una cierta leyenda en torno a la tumba del Doctor Pastor, e incluso se comenta que son algunas las personas que han acudido a este enclave cargado de simbolismo a realizar prácticas espiritistas.
No es esta la única leyenda que se puede recopilar con respecto al cementerio de Utrera, aunque sí sea quizás la más llamativa. Afortunadamente por ejemplo, la llegada de la democracia hizo que desapareciera un lugar macabro, llamado el patio de los protestantes, donde se le daba sepultura a las personas que no estaban bautizadas en la fe cristiana, o a los suicidas. Aunque si bien cierto, el paso del tiempo también ha provocado que el camposanto perdiera una magnífica colección de lápidas románticas, que le imprimían un marcado valor artístico al lugar.
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