Una leyenda de terror corre de boca en boca en los contornos de Cútar. Se trata del grito del ave de la muerte. Pavor y terror inundan a quien le sorprende la noche quieta con el grito del ave de la muerte. Cuentan los vecinos que por los alrededores de Cútar suele aparecer, al amparo de la fría oscuridad de la noche, una luminaria, una fosforescencia bella y radiante que atrae a quien la contempla: es la luz del ave de la muerte. Pero si el que la ve, llevado por su irresistible atracción, se acerca demasiado, oirá el desgarrado grito del ave de la muerte y un espeluznante frío de terror recorrerá su cuerpo que lo dejará helado e inmóvil hasta exhalar su último suspiro como un vaho y desaparecer. No son pocos los que afirman por tradición oral que en estos últimos siglos la cifra de desaparecidos se ha ido elevando, además de los encontrados muertos, de tal manera que entre unos y otros rebasan el centenar. Se aconseja pues, que a la primera visión de la atrayente luminaria, se huya apresuradamente sin volver la vista atrás.
Una curiosidad de gran interés ofrece la fuente que se encuentra al sur del pueblo, junto a la carretera que bordea la villa, que se conserva aún en perfecto estado y funcionamiento. Se halla cubierta con una simple construcción de planta cuadrada, peculiaridad que la hace única en la provincia de Málaga. Fue construida bajo la dominación árabe y conocida en el Apeo de 1.571 como “aina alcaharia” (la fuente de la alquería).
Otro detalle curioso lo encontramos en este mismo Apero de 1.571, una frase que dice así: “si algún moro llegase carnalmente a alguna cristiana, muera por ello…” Con frases como la que aquí se cita no debió abundar la tolerancia en la idealizada época de la dominación musulmana
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