«Dice mi madre que le contaba mi abuela...», este podría ser el inicio de una de las tantas leyendas que, esta noche, volverán a la vida en el municipio granadino de Íllora, gracias a la procesión de las Marimantas. Una tradición que se remonta al siglo pasado, y que trae los espíritus de vuelta.
Cientos de personas, ataviadas con sábanas blancas, harán un recorrido por aquellos lugares del pueblo donde «se supone que ocurrieron hechos extraños o raros, difíciles de explicar», cuenta una de las vecinas que participará esta noche en esta especial Noche de los Difuntos.
El origen del término 'Marimantas' proviene de una tradición, que en poco tiene que ver con lo sobrenatural, pero sí con el misterio y «lo oculto». Cuando un hombre iba a visitar a una mujer, que no era su esposa, a su casa, «para que nadie lo reconociera se echaba por los hombros una manta que lo cubría». Ahora los marimantas son los espíritus que vienen de 'otro mundo' para recuperar la tradición de leyendas que se han ido contando de generación en generación.
Se trata de la recuperación de la historia viva de un municipio, «donde sí es cierto que ocurrieron algunos sucesos difíciles de explicar», explican los vecinos, aludiendo a la leyenda de una noche cuando las campanas de la iglesia comenzaron a sonar a las tres de la mañana y todo el mundo fue a una misa oficiada por frailes, que posteriormente desparecieron. También aparecen casas oscuras, y familias 'extrañas' que durante mucho tiempo dieron que hablar entre los vecinos.
Esta noche, esas marimantas volverán a transitar por Íllora, a la luz de cándiles hechos con melones huecos. «Una tradición que los miembros de la Plataforma por la Restauración de la iglesia del muncipio no estamos dispuestos a perder, por eso, la fomentamos entre los más jóvenes», aseguran los vecinos mientras se preparan para esta noche fantasmal.
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