Cuenta
la leyenda que una mujer que tenía siempre sueño, cansada de bostezar
durante todo el día, oyó una conversación que decía: “si en la mañana de San
Juan, te levantas antes de amanecer, y te lavas la cara con agua fresca del
río, no tendrás sueño durante todo el año”. Aquella mujer espera a la mañana
del citado día y antes del amanecer, metió las manos desnudas entre las aguas
del Pelagallinas, para después echarse el agua por su cara serrana. Cuentan
también, que después de aquel día, no hubo en el pueblo, persona más despierta
y lozana, más alegre y jovial durante toda su vida.
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