Hay una leyenda que
cuenta una historia que ocurrió en la villa de La Horcajada, parece ser que
hubo un robo en casa del administrador de los Duques de Alba, hurtaron un
báculo de gran valor al cual solo tenían acceso los criados más íntimos, los
demás gentes de la plebe, no tenían posibilidad ninguna de entrar en las
alcobas de los Barrientos administradores y señores de la villa.
El mandado de los duques pensaba y pensaba y no encontraba la manera de descubrir cómo y quién había conseguido apoderarse de tan rico botín.
Le comento esto a un arriero criado suyo, que tenía fama de curandero, brujo y hombre muy sagaz, y este le dijo yo descubriré al truhán que tanto pesar le ha causado señor, déjeme hacer a mí.
El arriero discurrió una forma de descubrir al ladrón y se la explico a su patrón
Dijo el señor a sus criados, ya se la forma de saber quién es el ladrón, tengo aquí un gallo negro que cuando le pase el ladrón la mano por encima cantara y así quedara descubierto quien es el malhechor, y mando que todos sus siervos pasaran la mano por el gallo, y así lo hicieron todos.
El arriero previamente había mandado embadurnar el gallo con carbón, paso toda la comitiva de criados acariciando al gallo y este no canto en ningún momento, por lo cual el dueño de la casa pensó tanto trabajo para nada, y entonces el arriero mando a todos ellos que enseñaran las manos, y todos las tenían negras excepto uno, el ladrón que las tenía blancas, ya que temió que al pasar la mano por el gallo este cantaría, y por eso disimulo que le acariciaba pero sin hacerlo.....
El mandado de los duques pensaba y pensaba y no encontraba la manera de descubrir cómo y quién había conseguido apoderarse de tan rico botín.
Le comento esto a un arriero criado suyo, que tenía fama de curandero, brujo y hombre muy sagaz, y este le dijo yo descubriré al truhán que tanto pesar le ha causado señor, déjeme hacer a mí.
El arriero discurrió una forma de descubrir al ladrón y se la explico a su patrón
Dijo el señor a sus criados, ya se la forma de saber quién es el ladrón, tengo aquí un gallo negro que cuando le pase el ladrón la mano por encima cantara y así quedara descubierto quien es el malhechor, y mando que todos sus siervos pasaran la mano por el gallo, y así lo hicieron todos.
El arriero previamente había mandado embadurnar el gallo con carbón, paso toda la comitiva de criados acariciando al gallo y este no canto en ningún momento, por lo cual el dueño de la casa pensó tanto trabajo para nada, y entonces el arriero mando a todos ellos que enseñaran las manos, y todos las tenían negras excepto uno, el ladrón que las tenía blancas, ya que temió que al pasar la mano por el gallo este cantaría, y por eso disimulo que le acariciaba pero sin hacerlo.....
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