Sobre el cerro de las Cuevas Altas se encuentra los restos de Medina Belda que en antaño fue una fortaleza romana y después árabe. En la época de la Reconquista, Medina Belda permanecía resistente al ejército cristiano y según la leyenda se dice que los moros hicieron un pacto con el diablo. Durante los enfrentamientos muere el capitán Rodrigo de Narváez y fue su hijo, Pedro de Narváez quien se pone al frente de la tropa pero por su escasa experiencia muchos soldados, desalentados, abandonan el campo de batalla.
El capellán de la tropa al ver lo que estaba sucediendo decidió subir a la cueva donde, supuestamente, vive el DIABLO con el que habían pactado el bando contrario. Se dice que desde la llegada de los árabes, los lugareños escuchaban cosas extrañas dentro de la gruta como gritos y aullidos infernales, luces en el interior que alzaban el vuelo desapareciendo en la oscuridad de la noche. El capellán con crucifijo en mano y oraciones de rezos en su cabeza entro en la boca de la cueva y practica como una especie de exorcismo para hacer salir al diablo. Mientras hacia esto se escuchó un estruendo que provenía de las entrañas de la cueva y poco a poco unos sonidos se iban acercando hacia el exterior. De repente una legión de murciélagos, culebras y sapos salieron de la gruta como si huyeran de algo o de alguien. Al instante aparece una enorme serpiente que se erguía sobre si misma con actitud agresiva y desafiante.
A ojos del capellán este animal era el mismísimo diablo y sin dudar se agachó e hizo unos nudos con unas matas de jaramago (se dice que esto es un símbolo de “atar las manos del diablo”). Al parecer la serpiente, asustada, se ocultó de nuevo en el interior de la cueva y se quedó allí, sin poder salir, para la eternidad. Los moros presenciaron este exorcismo y empezaron a huir del campo de batalla. Esto animó a los cristianos a seguir adelante y luchar contra los pocos árabes que quedaron. El 25 de abril de 1424 conquistaron Medina Belda. Como el día de la conquista era el día de San Marcos se decidió que este fuera el patrón del pueblo.
Desde entonces todos los 25 de abril se celebra la tradicional “atar al diablo”. Se trata de subir a los pies de la cima y en la entrada de la gruta hacer nudos con matas de jaramago y dejarlas justo allí para que el diablo no salga jamás de la cueva. Y a principios del siglo XX esta tradición y la romería se celebran juntas.
Otra parte de la leyenda nos cuenta que, ante la inminente conquista de los cristianos, los árabes escondieron su, joyas y tesoros en la cueva y que el diablo lo custodiaba. También cuenta que cuando Boabdil huye de Granada (finales s. XV) pasa por las cuevas de San Marcos y decide esconder en el interior de la gruta 7 túmulos de oro. Boabdil pacta con el diablo la custodia de su tesoro. La realidad es que ha habido muchos saqueadores que se han adentrado a la cueva para buscar el famoso tesoro sin obtener resultado.
La legendaria cueva de Belda actualmente esta cerrada al turismo, existe un proyecto para la habilitación de la cueva y de su entorno.
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