Cuando la población tenía muy reducido número de vecinos en el año de mil cuatrocientos noventa y cinco, ocurrió la aparición de María Santísima de la Estrella, en el monte que ocupaba el coto del Monte Real, del modo que vamos a referir.
Unos pobres jornaleos naturales de Bujalance,que se hallaban segando en una haza de trigo de un vecino de esta villa, en las cercanías de la misma en el sitio hoy ocupa la mata de olivar, que aquella época estaba de monte , y a corta distancia del tajo, existia una fuente al pie de la zarza, de cuyo punto se surtían de agua los segadores.
Al efecto mandaron un día a el mas joven por un cántaro de agua a la indicada fuente, y al llegar al sitio referido observó un resplandor que iluminaba aquel recinto. Admirado de aquella novedad extraña distinguió que el resplandor lo producía una Estrella que divisaba en el centro de la zarza: no pudiendo comprender el misterio que encerraba aquella prodigiosa luz, quedó inmóvil en aquel sitio sin poderse dar cuenta de lo que en aquel momento pasaba.
Los compañeros que esperaban el cántaro de agua para satisfacer la sed que esperimentaban por el calor sofocante del mes de Julio, juzgaron mal la tardanza del joven , y resolvieron dejar el trabajo para informarse del motivo de aquella dilación; más al llegar a la fuente observaron lo mismo que el primero, dejando a todos en una pasmosa admiración elevados a la vista de una Estrella, que desde el centro de la zarza desprendía una luz clara y radiante que no podian mirar con atención.
En tal situación dispusieron marchar al pueblo de Aldea del Río, que así se nombraba por entonces la pequeña población que existía, a informar a la Autoridad Local de la ocurrencia: ésta dispuso reunir un acompañamiento del mismo vecindario, a el se le unió la mayor parte del pueblo por curiosidad, para acompañar al Ayuntamiento y al cura. Por casualidad se hallaba pernoctando en la Aldea, de tránsito para Sevilla, un Batallón de tropa del Gobierno, y enterado el Jefe del suceso, e invitado por la Autoridad, nombró a un Capitán que saliera con su compañia al son de caja, acompañando al Ayuntamiento, que en unión del pueblo dirigieron todos en masa al sitio que había señalado los segadores.
Llegaron en efecto al monte cercano,y estando al pie de la fuente, como se convecieron de la veracidad de cuanto habían expuesto los portadores de la noticia, dispuso la autoridad, de acuerdo con el cura, que se descubriera al fondo de la zarza para cerciorarse del motivo de aquella novedad. Al momento fueron ejecutadas sus órdenes por los vecinos del pueblo, y hecha la operación observaron que el resplandor lo desprendia una Imagen de María Santísima, Madre de Dios y Señora Nuestra,que sacaron con veneracion a la vista de tantos testigos presenciales.
La condujeron a la población en medio de mil aclaraciones de regocijo y alegría, al son de tambor, colocándola en la pequeña iglesia de la aldea, provisionalmente. El pueblo se apresuró a edificarle una pobre y pequeña ermita en el mismo sitio de la aparición, que hoy ocupa el Humilladero, venerada con el titulo de la Estrella, y aclamada por patrona de la localidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario