Cuenta la tradición que unos pastores estaban guardando su rebaño y se encontraron la talla de la Virgen en el actual emplazamiento de la ermita. Los villafranqueños, con el deseo de tenerla más cerca, comienzan a edificarle el templo en un lugar más próximo al pueblo, pero las obras se derrumban sorprendentemente y -de modo inexplicable- aparecen los materiales en el lugar del hallazgo. Para admiración y asombro popular, se repite el hecho varias veces, interpretando que la voluntad de Nuestra Señora era estar en aquel lugar, cruce de caminos, desde donde se domina el pueblo.
Esta leyenda, sin fundamento histórico alguno, es la que todos conocemos y se ha difundido de generación en generación, probablemente para buscarle una explicación a los orígenes de esta devoción en Villafranca.
Las primeras fuentes documentales que la relacionan con Villafranca, son los protocolos notariales en los comienzos del segundo tercio del siglo XVI; en dicha época, la devoción a Nuestra Señora de los Remedios estaba ya consolidada. Prueba de ello es que los villafranqueños, al hacer testamento, expresaban entre sus últimas voluntades que se le dieran limosnas a la Virgen de los Remedios.
A lo largo del siglo XVII, la Virgen de los Remedios ocupa el primer lugar entre las devociones de los villafranqueños; esto se deduce por las rogativas, novenarios y procesiones organizadas en épocas de epidemias o cuando las condiciones climatológicas no son favorables a la agricultura y representan una amenaza para las cosechas.
En los siglos XVIII Y XIX el fervor a la Virgen de los Remedios sigue en aumento; se cree que debido a las epidemias, años de sequías e inundaciones que dañan los cultivos.
En el segundo tercio del siglo XVIII, los habitantes de Villafranca vieron aumentado su fervor a la Virgen de los Remedios por la construcción de la nueva ermita en el mismo sitio que la antigua.
En el siglo XX, y como consecuencia de la Guerra Civil, la imagen de la Virgen de los Remedios desaparece de la ermita. Finalizada la contienda, el responsable de la parroquia, Don Enrique Ayllón Cubero, confió al escultor cordobés Don Juan Martínez Cerrillo la elaboración de una talla que sustituyera a la anterior. En 1940 el mencionado párroco bendijo la nueva y actual imagen; por la tarde se celebró la procesión en la que el hermano mayor paseó en sus brazos, a falta de andas, la imagen de Nuestra Señora que era acompañada por una muchedumbre de fieles.
En 1986 el inusitado fervor que los villafranqueños sienten hacia la Virgen de los Remedios, culmina con la Coronación Canónica de la imagen por el obispo de la diócesis Don José Antonio Infantes Florido y el nombramiento de Alcaldesa Perpetua por parte del Ayuntamiento. Con la fiesta solemne del día 8 de septiembre, se dieron por finalizados los actos de la Coronación y se vieron cumplidos los anhelos de muchos villafranqueños que habían heredado, de generación en generación, el amor hacia la Virgen de los Remedios, protectora, amparo y consuelo de Villafranca.
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