lunes, 10 de junio de 2019
El camino de las ánimas (Dílar, Granada)
Las ánimas todas las noches hacen el recorrido del cementerio a la Ermita y algunas personas cuentan haberlas escuchado rezando el rosario. También cuentan que a partir de las 12 corre la mala fortuna ya que ellas salen a la calle peregrinando por todo el pueblo y si por casualidad te encuentras con alguna de ellas o las confundes con algún familiar o conocido, no les pidas nada, ni llames su atención. Ya que al día siguiente volverán y llamarán a tu casa para pedirte cuentas y para recoger lo prestado que eres tú.
Callejón del Duende (Dílar, Granada)
Las leyendas que los viejos transmitieron de generación en generación y en las que los duendes son protagonistas. La angosta Calle de la Paz conocida entre los vecinos como el Callejón del Duende es el marco de una de las leyendas.
Cuentan éstas que una noche, un hombre que caminaba por el pueblo se acercó a pedir fuego al tipo que fumaba en la esquina. Éste a cambio le enseñó unos dientes largos y afilados. Aturdido por lo que acababa de ver, salió corriendo y en la Calle de la Paz halló a otro individuo al que fue a contarle la historia. "¿Eran como estos dientes?" preguntó el desconocido y con el estrépito de una carcajada, asomaron en su rostro unos incisivos largos y afilados.
También se dice que había duendes buenos y duendes malos y los buenos, como el que se decía que habitaba en el Molino de los Puentes de la plaza baja, cuando la mujer de la casa entraba de la calle, se encontraba que le habían hecho las faenas.
Origen del nombre (Diezma, Granada)
Este pequeño núcleo de población cercano a Guadix, es uno de los que se conocen rápidamente si se suele utilizar la autovía A92 en la zona norte de la provincia de Granada. Con algo menos de mil habitantes, tiene un nombre que suena curioso y que parte de dos posibles orígenes.
El primero de ellos es el clásico de tierras granadinas: que provenga del árabe. Según parece el término ‘Diezma’ podría ser la evolución de ‘Dexme’. Ese palabro fue el que utilizaron los árabes para este municipio que en tiempos anteriores había estado ocupado por romanos y visigodos. Siendo estos últimos de donde procedería la palabra ‘Dexme’ convertida al árabe.
La otra posibilidad, que parece tener más peso. Es que Diezma se llame así en recuerdo a los diezmos. Es decir, el pago que hacían los ciudadanos para poder recibir alguna contraprestación de la Iglesia o la entidad que mandase en aquel momento en este municipio. Era lo más parecido a un impuesto.
Origen del nombre (Deifontes, Granada)
Yendo hacia Jaén o volviendo de la capital vecina, la autovía que entra en Granada tiene entre sus primeros o últimos pueblos (según se mire) a Deifontes. Un municipio granadino en el que viven 3.000 personas y cuyo nombre suele llamar la atención de quienes lo leen. Cuál es su origen. Aquí te lo contamos.
Hay dos teorías, como en casi todos los casos. Pero ambas coinciden en algo: hay una fuente. En concreto en el primer caso, en el que traduce del latín ‘dei fontes’ podemos leer literalmente “fuente de Dios”. En el segundo, procedente del árabe, todo se vuelve mucho más terrenal.
‘Dar al-Funt’ sería la locución que en árabe dio origen al nombre del pueblo. La misma significa “casa de la fuente”. Lo que explicaría que hubo un asentamiento no demasiado grande en el que había una estructura de este tipo. Independientemente de eso, lo cierto es que Deifontes bebe su pasado en agua.
El duende de Darro (Darro, Granada)
La Carrera del Darro es uno de los rincones más bellos por los que pasear en esta ciudad, un paraje de visita obligatoria para cualquiera que quiera visitar Granada. Sin embargo, hubo un tiempo en que una zona de este río no era tan amena de visitar para quienes conocían esta leyenda…
En 1935 se inició una obra para construir un embovedado en este río, hecho con el cual mucha gente no estaba de acuerdo, pues temían que esta zona techada sirviese de refugio para ladrones y maleantes.
En plena construcción del embovedado, con muchos en contra de esto, se empezó a extender el rumor de que algo que no era humano residía en la nueva bóveda. Todo comenzó entre mediados y finales de julio de dicho año, cuando los vecinos de la zona empezaron a escuchar durante las noches una especie de gritos, alaridos, proveniente de las entrañas de la reciente construcción. Estos inexplicables sonidos obligaron a los vecinos a montar guardia en las entradas varios día, mientras la guardia de asalto y la policía recorriendo la bóveda, nadie pudo encontrar el origen del extraño fenómeno.
Existen rumores de gente que decía haber visto un ser que poco tenía de persona, «un demonio, un aparecido que corría de un lado hacia otro del cauce y que parecía flotar en las tinieblas». Diversas versiones cuentan que un chaval vio una figura pequeña y deforme, otras que fue el párroco de la Iglesia de Santa Ana quien pudo divisar a dicho ser. Sea cual sea la historia real, lo que es indudable es el revuelo que se generó entorno a esto, asociando de por vida una leyenda como tal a un paraje tan emblemático.
Un llanto de un bebé (Granada)
Nos referimos al callejón del Niño Royo. Este callejón, afincado justo antes de las Torres Bermejas porque permite llegar a ellas, fue testigo de lo peor del ser humano. Para entender las razones hay que viajar a comienzos de la Edad Moderna y finales de la Edad Media. Allí, durante los siglos XV y XVI con la dominación cristiana y musulmana alternándose, se cumplía una misión deleznable.
En este callejón se colgaban los miembros amputados de aquellos hombres y mujeres que habían cometido algún tipo de delito. Cualquiera que fuese el mismo, si estaba considerado lo suficientemente grave para la época, hacía que las personas tuviesen que temer por su integridad física. Por lo que el callejón del Niño Royo se convirtió pronto en una exposición de cuerpos putrefactos que se elevó a la categoría de leyenda.
Según cuentan las historias procedentes de aquel tiempo, la disposición de los cuerpos que estaban colgados hacía que el que los veía de lejos tuviese la sensación de estar viendo colgado a un bebé con su pañal. Un juego visual tétrico que además tuvo su propia consecuencia con el paso del tiempo. Pues hubo quienes aseguraban que se oía llorar a un bebé colgado de aquel lugar. Unos llantos que al parecer han llegado incluso hasta nuestros días.
martes, 4 de junio de 2019
El bautizo del pastor (Colomera, Granada)
Entre Limones y Mures, por el camino de San Marcos y en el Cerro Mulero; atrochando entre olivos, nos situamos en un punto de mira desde donde se contemplaban los cortijos de San Marcos y San Marquillos. Estos eran propiedades distintas que se encuentran muy cercanas y, en tiempos de la expansión de propiedades del Monasterio de la Cartuja en Granada, también fuero adquiridas por estos monjes.
En tiempos del Catastro de la Ensenada, estas tierras pertenecían, al Marqués de Riomolinos. Actualmente pertenecen a familias de Mures y de Alcalá. Contamos que el de San Marcos, allá, sobre el año 1203, y estando todo este territorio ocupado y dominado por los “musulmanes", había una ermita erigida en honor a San Marcos, hoy totalmente desaparecida y simulada por un bosquejo de pinos. Según la leyenda, es allí donde fue bautizado Juan Bautista Alonso de Rivas, conocido popularmente como “El Pastor de Colomera”.
Recogemos la leyenda de los historiadores Jose Pajares y Justo Sanchez, en su libro “Conozca V. Colomera”, y de Miguel Milena Abad "El pastor de Colomera". En concreto, unos dicen que era hijo de una familia distinguida (otros dicen que era pobre) que edificó su casa en el pago de Las Mesas de Colomera. El padre, Alonso, era musulmán y la madre Clara de Rivas era Cristiana. Cuando tenía 8 años, fue bautizado en esta iglesia, que era la única mozárabe que existía en esta comarca. El día 11 de febrero de 1211, su familia y otros vecinos de Colomera, celebraron una fiesta, en el campo en honor a este bautizo.
En plena fiesta, una gran cantidad de moros, los sorprendieron, mataron a la mayoría de los convidados e hicieron prisioneros al resto, (entre ellos los padres que condenados a pena perpetua, murieron en las mazmorras de la Alhambra). Este niño se escondió en unos matorrales, pero fue descubierto por un atacante, lo cogió de un brazo para estrellarlo contra el suelo y en ese momento, el niño invocó a la Virgen y el moro lo soltó en el suelo aunque ya con el brazo destrozado (quedó manco).
Este niño fue recogido por una familia pobre, que a partir de ahí, lo empleó de pastor. Continuamos con los datos del resto de su biografía: en su vida de pastor trashumante, su contrato con un ganadero de Arjona, y su pastoreo por Sierra Morena hasta que se le apareció la Virgen y le curó el brazo.
Cristo de la Salud (Cogollos de la Vega, Granada)
Dicen que una mañana, cuando se levantó el cura en lugar de maitines tocó a rebato, porque asombrado observó, que en el altar mayor no estaba el Cristo. Pero he aquí que cuando abrió las puertas y entraron los lugareños alarmados, el Cristo estaba en su lugar, aunque tenía las faldas húmedas sobre el altar, y sobre éste había restos de arena.
Se celebraron misas y rogativas, pero nadie se explicaba lo sucedido. Nadie. Hasta que pasado un tiempo vinieron unos niveros a cumplir promesa. A falta de trabajo embarcaron como marineros en Motril , y cuando una tormenta daba por perdidas las esperanzas de salvación, invocaron al Cristo; los mares se calmaron y la nave, aunque maltrecha, pudo llegar a puerto.
Y comprobando fechas y momentos, pudo averiguarse que esto ocurría mientras el Cristo se ausentó de la parroquia.
Nívar es un pueblo situado al norte se la ciudad de Granada, entre la Vega y la montaña. Sus habitantes y los de los pueblos vecinos se han dedicado desde siempre al cultivo del olivar, de los cereales y de sus pequeñas huertas, donde siembran las hortalizas para el consumo propio.
He aquí que en el siglo XIX, hubo una plaga de langosta que afectó a la zona, sobre todo al municipio de Cogollos Vega, no siendo así en Nívar, que se vió libre de esta plaga. Los cogolleros (gentilicio de los habitantes de Cogollos Vega) atribuyeron el hecho a un milagro del Santo Cristo de la Salud.
Con el fin de alcanzar la protección del Santo Cristo, se trasladó a Nívar un grupo de personas, dispuestas a llevarse la imagen a su pueblo; y se presentaron en Nívar, tomando la imagen de la parroquia.
Este grupo de hombres fuertes y acostumbrados a las duras tareas agrícolas, con la imagen a hombros emprendieron camino de regreso a Cogollos , pero cual fue su sorpresa , cuando empezaron a comprobar que según la imagen se alejaba de Nívar, ésta pesaba cada vez más. De tal modo que al llegar al paraje denominado Cerro de Tío Frasco (aquí es donde el camino se desvía un poco y ya no se vislumbra Nívar) fue imposible continuar.
Tras un rato de discusiones y ante la imposibilidad de continuar hacia delante, decidieron dar media vuelta y devolver la imagen a su templo.
Pero como buenos vecinos se llegó a este acuerdo: de que siempre que la imagen del Santo Cristo procesione por las calles del pueblo, para así proteger y bendecir a sus habitantes con el don de su advocación (“de la Salud”) ésta sea puesta unos minutos mirando a Cogollos Vega para compartir y recibir la protección del Cristo de la Salud.
Esta tradición se ha mantenido desde entonces, y el segundo domingo del mes de septiembre, estos dos pueblos en señal de buena vecindad y más hermandad que el resto del año, comparten la protección y la bendición del Cristo de la Salud.
El hospital que nunca existió (Cogollos de la Vega, Granada)
El IES Emilio Muñoz es un instituto de la localidad de Cogollos Vega en Granada, que fue construido con fin hospitalario. Este instituto, situado en las afueras del pueblo, fue concebido para albergar enfermos de tuberculosis. El lugar donde se encuentra era idóneo para el tratamiento de la enfermedad y para prevenir la transmisión de esta, debido a que dicho edificio se encuentra alejado de los núcleos urbanos, rodeado de jardines, al cual le confiere un ambiente limpio y sano.
Este centro se gestó a mediados de la década de los cincuenta en un concurso público, se encontraba dentro de los propósitos y planes de las autoridades que gobernaban nuestro país pasada la Guerra Civil.
El edificio terminó de construirse en 1961 y nunca llegó a inaugurarse debido a que la enfermedad ya estaba prácticamente desaparecida en España. Las pocas afecciones pulmonares que aparecían en la época se trataban en centros más pequeños. Es por esto por lo que el edificio no llegó a funcionar con el fin que impulsó su construcción.
Poco a poco el centro se fue deteriorando porque ningún ministerio de la época sabía qué hacer con él. Posteriormente, una institución religiosa propuso montar un colegio en él, pero finalmente consideró el proyecto ineficaz. Fue entonces cuando el rector de la Universidad de Granada de la época, el cual era catedrático de la Facultad de Medicina propuso convertir el centro en un Instituto de Enseñanza Media, junto con una residencia-internado para aquellos alumnos que no conseguían plaza en los escasos institutos de Granada y sus alrededores.
El centro se abrió en 1967, el cual adquirió el nombre del promotor de la idea: D. Emilio Muñoz Fernández. El instituto tuvo mucho éxito.
Tras varios años de su construcción e inauguración como instituto, se procedió a la reforestación de sus jardines, de la cual quedó constancia de ello con la colocación de un hito dedicado a D. Francisco Clares, el promotor de esta idea.
Durante la década de los noventa, se otorgaron unas becas de residencia al establecimiento, por lo que la residencia pasó a funcionar independientemente del instituto.
En la actualidad, el centro recoge a alumnos becarios en régimen de residencia, así como a alumnos de los pueblos de Cogollos Vega, Nívar y Guevéjar.
La Casa de Castril (Castril, Granada)
La Carrera del Darro, en Granada, es considerada por muchos una de las calles más bellas del mundo. Su trazado sinuoso, que se mueve de manera paralela al río Darro, separa el histórico barrio del Albaycín de la colina donde se asienta la fastuosa Alhambra. Recorrer esta calle es una de nuestras actividades favoritas, y no puede faltar en cualquiera de nuestras guías particulares que solemos hacer a los amigos que vienen a conocer la ciudad.
La historia que hoy os traigo tiene lugar en esta calle, y ya la conocerán todas aquellas personas que hayan pasado conmigo por allí, porque suelo recordarla cada vez que llegamos a este lugar, casi llegando al Paseo de los Tristes: la Casa de Castril. Este palacete de estilo renacentista data del siglo XVI y ha sido protagonista de muchas leyendas debido a un misterioso balcón que se encuentra tapiado en el primer piso, con una cartela esculpida alrededor en la que se lee: ‘Esperándola del cielo’.
¿Cuál es el motivo de que un balcón de este tipo, en una casa señorial, esté completamente cegado? La leyenda dice que la casa fue un regalo de los Reyes Católicos a su secretario, Hernando de Zafra, cuyo nieto del mismo nombre fue el primero que se alojó allí con su familia. Hernando de Zafra era un hombre viudo, de muy mal humor, que vivía con su joven hija Elvira, la cual se enamoró del hijo de una familia enemiga de los Zafra. Una noche, mientras los jóvenes se veían a escondidas en la habitación de ella, fueron avisados por un paje que servía a Elvira sobre la inminente llegada de su padre.
El amante logró escapar sin problema por el balcón, justo antes de que Hernando de Zafra llegase a la estancia y descubriera a su hija medio desnuda con el paje. Lleno de cólera, Hernando creyó que el paje era el amante que había deshonrado a su hija y ordenó que lo ejecutaran allí mismo, ahorcándolo desde el balcón de la casa. El desgraciado paje gritaba pidiendo justicia ante aquel error, mientras que Hernando de Zafra contestaba: “Colgado quedarás, esperándola del cielo”. Elvira fue encerrada en la habitación, de la cual se mandó cegar el balcón y escribir en la fachada la famosa frase ‘Esperándola del cielo’. La joven no aguantó mucho en esa situación y se dice que acabó con su vida bebiendo un veneno mortal.
La Casa de Castril es desde 1917 la sede del Museo Arqueológico y Etnológico de Granada, el cual ha abierto sus puertas recientemente tras unas interminables obras. Como toda leyenda, nunca sabremos cuánto de verdad hay en lo que se dice de ella, pero se rumorea que los propios trabajadores del edificio dicen haber visto a una joven dama vagando por allí…
La Cueva de la Fresca (Cástaras, Granada)
Cuenta la Leyenda que... Pocos conocían Cueva Fresca. Nadie en su sano juicio se aventuraba a entrar en las entrañas de aquella gruta. Decían los más viejos del lugar que allí moraban treinta y siete almas de moriscos quemados a manos de las tropas del Comendador de Castilla durante la rebelión de las Alpujarras. Pero empecemos por el principio... Habían pasado casi cuatro anos desde que acabo la contienda y, tras ella, la expulsión de los moriscos, dejando pueblos abandonados y cultivos desatendidos. Fue el rey Felipe II el que decidió repoblarlos con familias de Castilla, Galicia, Jaén o, en el casa que nos ocupa, con un italiano, Ángelo Napolitano, como se le conocía en el pueblo. Veterano soldado de los viejos tercios, se alistó en el ejército de su majestad para buscar fortuna en esta contienda y, una vez concluida, se quedó por estas tierras solicitando casa y tierra de cultivo para comenzar una nueva vida, otorgándole una de las suertes que se sorteaban entre los repobladores.
El robo de San Sebastián (Caniles, Granada)
La fiesta del “robo de San Sebastián” está sujeta a la tradición oral, pues su origen no ha quedado registrado en ningún documento escrito. La instauración de su culto procede de los primeros tiempos tras la conquista de los Reyes Católicos, desde cuyos tiempos pensamos que procede la ermita. La leyenda nos sitúa a comienzos del siglo XVII, cuando se produjo en Caniles una epidemia de peste que azotó a sus habitantes, causando múltiples muertes y por lo tanto un brusco descenso poblacional de la villa. Las gentes de aquella época observaron que, dentro de las delimitaciones del barrio de San Sebastián se habían detectado menos casos de afectados por la epidemia. Los vecinos supusieron que ese fenómeno era debido a que, precisamente en ese barrio, se encontraba la imagen del Santo. La noticia fue difundida por el pueblo produciéndose disputas tras las que llegaron al acuerdo de la visita periódica del Santo por las casas del pueblo para asegurarse de que la imagen poseía el poder taumatúrgico que se le estaban atribuyendo.
En una de las visitas que la imagen realizó a una casa, se produjo, de manera milagrosa, la total recuperación y curación de la enfermedad de todos los miembros de la familia. Curados los vecinos de su mal, le atribuyeron veracidad a lo que se rumoreaba sobre la capacidad milagrosa de la imagen de San Sebastián y la ocultanelron al resto de los demás vecinos. Sospechando estos el paradero, debido a la repentina y milagrosa curación de la familia sanada, robaron esta la imagen del Santo. El “robo” progresivo de la imagen, para beneficiarse todos de los favores que concedía, dio pie a la leyenda −transmitida de generación en generación a lo largo de cuatro siglos por la tradición oral-. He aquí el origen de nuestro “Robo del Santo”.
Creemos que la ermita estaba construida ya, por disposición de los Reyes Católicos y el apoyo por Felipe II y Don Juan de Austria, pero según el decir de las gentes, fue entonces cuando se nombró a San Sebastián co-patrón de la villa de Caniles junto con San Antonio, patrón de la localidad. Esto se hizo como muestra de la gratitud y devoción que sentía el pueblo de Caniles hacia San Sebastián.
Se dice que cuando la hermandad de San Antonio pasó de la parroquia de San Pedro a Santa María se unió a la misma la imagen de San Sebastián, según consta en el segundo libro de la hermandad de San Antonio (no documentado), saliendo en procesión las dos imágenes. La antigua imagen fue destruida en la Guerra Civil y según el inventario de 1926 es descrita por don Juan Manuel Varón como “imagen antigua, retocada, tallada en madera y de poco mérito colocada en el centro del altar mayor (de su ermita). Tendrá un metro de altura”. Tiene “un fajín de seda encarnada que conserva doña Amalia García Carpio”. “Y una diadema de plata y cinco flechas”, “un espadín que lo conserva don Antonio García, inventariado en el mismo documento. Y un trono “moderno, fuerte y bueno que conserva en su casa Don Francisco Martínez García y las arandelas en casa de Don Antonio García Martínez”.
La imagen actual llegó a Caniles en 1940 y fue regalo de Don Manuel Mesas Martínez, hijo de Caniles y ligado a la Iglesia Mayor de Baza. Según dicen, fue recibido en la Plaza Mayor de Baza y vino en procesión hasta Caniles, en un camión descubierto hasta la Torre y desde la Torre en procesión hasta la puerta de la iglesia. Durante el camino se vinieron tirando cohetes sin parar. Según inventario de 1940 se describe como “tallado en madera, artístico, y con valor de 2.000 Pts.” Asimismo, en el inventario de Don Domingo Quesada Capel de 1966.