El desembarco en Cartagena de un ataúd sin dueño se fue convirtiendo poco a poco en un caso de vampirismo. Tras ser reclamado por carta desde La Coruña, viajó hasta allí, pero dejando huella allá por donde pasaba, desde Almería hasta Comillas. Volvió a quedarse sin propietario y fue devuelto a la ciudad portuaria. Pasado un tiempo, un aristócrata de Alhama de Murcia lo reclamó. Cuenta la leyenda que solo se le podía ver al ponerse el sol, en la oscuridad, como los vampiros.
Soy un exprofesor segoviano aficionado a las leyendas y tengo ya dos volúmenes publicados con leyendas de Segovia. Buscaba material para un último volumen, donde tengo intención de "agotar" el material, a base de microrrelatos legendarios (200 palabras cada uno) y he desembocado en tu blog y... No puedo por más de felicitarte. Me parece increíble que hayas llegado a rastrear tantas provincias y sintetizar tantos relatos tan diferentes.
ResponderEliminarTe animo a que sigas, seguro que más de un navegante agradece recalar en tu tarea.