Cuando los lurqíes habitaban la alcazaba lorquina se refería la historia de la princesa Celina, hija del rey Eliza, que desapareció misteriosamente y aún no ha aparecido. Cuentan que Alaor, capitán de la guardia del rey, estaba muy enamorado de la princesa y que todas las noches la rondaba; ella, que también estaba muy enamorada del capitán, esperaba todos los días la caída de la noche. Huzén, un brujo muy atractivo y enamorado de la princesa, comido por los celos, hechizó a Celina mientras se bañaba en la balsa. Ella desapareció y el mago le dijo a Alaor y Eliza que solo podría ser desencantada transcurridos 100 años y siempre que una persona comiera una granada, grano a grano, lanzándola hacia arriba y cogiéndola con la boca sin que un solo grano cayera al suelo.
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