Tanto para los propios vecinos de Dozón como para el resto de la comarca, el mito más famoso de este municipio es el del chupacabras, un extraño animal que se alimenta de la sangre de estos rumiantes tras perforarles, una sola vez, el cráneo. Dozón comparte esta leyenda con otras zonas ganaderas de América del Sur y de Estados Unidos y, exista o no el animal, éste ya cuenta con un colectivo de fans en Facebook.
Más argumento tienen las leyendas de mouros que tanto se encargaron de difundir los templarios durante la Edad Media para que los vecinos se armasen contra la invasión árabe. Y qué mejor que estos mitos se asentasen sobre los enclaves por antonomasia de la fe, que en el caso de Dozón se centran en la Virxe da Pena de Francia, en la cumbre del mismo nombre. En el libro La huella de los templarios: ritos y mitos de la Orden del Temple, de Rafael Alarcón, se recoge la leyenda de tres vírgenes hermanas que residían en la cumbre de la Serra da Martiñá, separación natural de las provincias de Ourense y Lugo. Esta cadena montañosa se ubicaba, por entonces, entre la encomienda templaria del municipio ourensano de Amoeiro y el monasterio cisterciense de Oseira. De ahí que fuese un lugar privilegiado para sustentar el mito de que en la Martiñá vivían tres jóvenes que sanaban a los vecinos con las aguas de las fuentes de Pozas de Martiñá, Rouquea o Fenteira.
La paz de ese paraíso se vio interrumpida con la llegada de las meigas, que generaron discusiones entre los vecinos y peleas entre los animales, de forma que las tres hermanas decidieron mudar su residencia "a donde se no se escuchase cantar a los gallos ni a la gente reñir". El revuelo que causaron las meigas fue tal que incluso en su Liber Sancti Iacobi, el francés Aymeric Picaud dice de los gallegos que "se acomodan a nuestro pueblo galo, pero son iracundos y muy litigiosos".
Por ello, las tres hermanas decidieron instalarse, cada una en una aldea, pero con tales panorámicas que pudiese ver a las otras dos. De este modo, la virgen conocida como La Morena se instaló en la Pena de Francia, mientras que la del Monte Faro escogió la localidad de Requeixo y la de A Magdalena en el lugar del mismo nombre, en Forcarei y bañada por el río Rodeiro.
Pero los mitos de Dozón no terminan aquí. Una vivienda en la parroquia de Santa María de Dozón conserva aún un escudo cuya leyenda asegura que en la casa nació el rey Wamba, monarca visigodo que fue coronado en Toledo en el año 672 y que, además de reconstruir las murallas romanas de esta ciudad, tuvo que encargarse de sofocar luchas internas entre la nobleza y la monarquía, así como entre los católicos y los arrianos. Dozón se disputa el nacimiento de este monarca con otras localidades como Egitânia, un pueblo al noreste de Castelo Branco, en Portugal, o en Pujarra, en la provincia de Málaga.