Una leyenda cuenta que los niños no podían acercarse a una mina cercana a este paraje pues había allí una dama encantada. Si hablabas con esa mujer, cambiaba su espíritu y la persona quedaba atrapada en el de ella. Estas leyendas de encantos y hechizos son comunes en otros muchos lugares. Por ejemplo, en la pedanía de Coy, cerca de Las Terreras, se narra que de una cueva sale una mujer rubia, de cabello largo y muy bella para peinarse con su peine de oro en la Fuente de Coy, y cuando miraba a alguna persona la dejaba encantada.
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