Cuenta la leyenda que fue un pastor que buscaba refugio quien halló la pequeña imagen en el interior de la cueva. Cuando la autoridades eclesiásticas de Calasparra quisieron trasladar la talla a alguna iglesia de la ciudad, la imagen adquirió un peso desproporcionado en relación a su pequeño tamaño. Así se interpretó que la Virgen deseaba ser venerada en su gruta. A esta imagen, un pequeño busto de María tallado en madera, conocido como "La Pequeñica", se le adosó una escultura de mayor tamaño, propia del Barroco murciano. Según documentos encontrados, ambas se veneran juntas, la pequeña a los pies de la grande, desde 1786.
El porqué y cuándo se colocó junto a la Virgen de la Esperanza (La Grande), la “Pequeñica” (La Aparecida), no se sabe con exactitud, pero sí se conoce que en el año 1786 ya se veneraban juntas, y que en 1840, fue nombrada la primera patrona de Calasparra.
Personajes
A principios del siglo XVII Dña. Juana Sánchez, viuda adinerada de Mula, donó la imagen de Nuestra Señora de la Esperanza, la Virgen grande, concretamente en el año 1617. Esta imagen es la que actualmente se venera en la ermita y que, junto con la de "La Pequeñica", atrae al Santuario a multitud de personas.
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