miércoles, 17 de enero de 2018

Virgen de la Vega (Piedrahita, Ávila)

Una tarde de verano, cuenta la tradición, una pastora de Piedrahíta salió de su casa con su rebaño de ovejas. Sus pasos la llevaron a la vega del Corneja, donde estuvo todo el día, sin saber la noticia, que ese mismo día corría y llenaba de miedo las calles de Piedrahíta, un toro de los caseríos del norte se había escapado y nadie sabía dónde había ido. La tarde caía monótonamente, mientras el rebaño de oveja pastaba en una pradera no muy lejos del río Pozas. Ella entretenía sus horas bordando una sábana. De pronto el toro arremete contra ella. Avisada por el perro, la pastora deja caer sobre la roca donde borda el hilo, el dedal y la aguja. La pastora asustada y viendo su vida en grave peligro, levanta los ojos al cielo y pide la intercesión de Santa María, Madre de Dios.
 De pronto el toro se detiene bruscamente, como si hubiera muerto. Y la niña aprovecha para refugiarse en un gran zarzal, donde encuentra guardada la antigua imagen de María. Sobre la roca quedan grabadas, hasta nuestros días, el dedal, el hilo, la aguja y la pezuña del toro. ¡Quien ve la piedra de la aparición queda impresionado por estas señas!

La pastora emocionada por el hallazgo toma la imagen de María y se dispone a volver a su casa. Al llegar al río Pozas, la pastora siente un peso muy grande en sus brazos, dejando caer al suelo a la Virgen. Intenta levantarla, pero no puede, pesa demasiado para ella. Decide volver a ponerla donde ha sido encontrada y avisar al pueblo de Piedrahíta. Lo hace y a la mañana siguiente el pueblo se dispone a subir a la Virgen a Piedrahíta. No lo logra.
Los hombres más fuertes son incapaces de hacer pasar a la Virgen el río Pozos. Buscan bueyes, pero estos quedan paralizados ante las aguas del río. Los presentes reconocen desazonados que la Virgen no quiere subir a su pueblo y quiere habitar en la vega del Corneja. El Concejo y el clero local deciden levantar en la vega del Corneja una ermita.

Así lo hacen y poner a l Virgen el nombre del lugar donde ha aparecido: Santa María de la Vega. Al lugar donde se escapó el toro comienza a llamarse Casa de las Fieras, y aún hoy existe este lugar, que se resiste a desaparecer a pesa de la despoblación que le afecta, ya que en la actualidad en él solo vive un pastor, que mantiene viva esta tradición.

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