La
historia de la localidad se encuentra totalmente ligada a la de la Virgen de la
Soterraña, patrona del municipio. Gracias a su aparición y en torno al templo
que acogió la imagen, nació el municipio.
La
historia comienza en el año 1392 cuando la Virgen se le apareció a un pastor.
Le habló y le encargó pedir al Obispo de Segovia que acudiera al lugar, un
pizarral, a desenterrar una imagen suya. Además le solicitó levantar un altar
en ese mismo lugar para su culto. Cuando el Obispo acudió al lugar,
efectivamente apareció la imagen.
Cuando
regresó a Segovia le comunicó el hallazgo a la reina Catalina de Lancaster, que
se interesó por el suceso y visitó el lugar donde se encontró la imagen. Fue
ella quien mandó edificar una iglesia sobre el lugar de la aparición y pidió al
papa Clemente VII licencia para pedir limosna en todos los reinos de España
para la construcción del nuevo templo.
Hasta
aquí la historia. Pero a través de los años son muchos los milagros y relatos
que sobre la imagen se conocen en la localidad. Es tanto lo que se le atribuye,
que hace años se contaba que la imagen protegía de las epidemias, pedriscos y
grandes peligros. Sanaba cojos, mancos y tullidos, curaba graves enfermedades,
ofrecía felicidad en los partos, resucitaba difuntos, apagaba incendios e
incluso detenía el sol.
También
son numerosas las leyendas. Una de las más conocidas se refiere a una gran
serpiente, cuya piel aún se conserva en la iglesia parroquial de la localidad,
con un relleno de paja.
La
historia cuenta como un pastor alimentaba a dicha serpiente con leche. Fue
llamado a filas y cuando volvió, el animal no lo reconoció y atacó al pastor.
Éste pidió ayuda a un cazador, diciéndole que debía matar a un conejo. El
cazador se puso en marcha y cuando se encontró la serpiente, se encomendó a la
Virgen, que, según la leyenda, intercedió por él, ayudándole y de un sólo
disparo consiguió acabar con el animal.
También
en la iglesia de Santa María la Real de Nieva se puede encontrar el cuerpo de
un hombre, expuesto en una urna de madera y cristal. Se trata del pastor Pedro
Amador, a quien los dominicos confiaron el cuidado del altar de la Virgen.
Posteriormente se le dio sepultura a los pies de la imagen que más tarde fue
trasladada a su actual camarín.
Cuerpo
incorrupto
Sobre
este cuerpo la leyenda cuenta que en el año 1566 estaba todo preparado para
llevar la imagen de la Virgen de la Soterraña en procesión por las calles de la
localidad. En el momento en el que iba a salir del templo, se detuvo ante la
sepultura del pastor, que se abrió y allí se encontró el cuerpo incorrupto.
Fue
a raíz de este caso cuando se trasladó el cuerpo a la capilla mayor y más tarde
al camarín de la Virgen, donde se puede encontrar en la actualidad.
Sobre
este mismo cuerpo también se cuenta otra leyenda. Dicen que una dama segoviana,
María de Peñalosa, sabiendo del milagro obrado y de las virtudes del cuerpo,
intentó cortar un poco el tafetán que cubría al pastor, pero no lo consiguió
puesto que las tijeras se rompieron al comenzar a cortar.
Otra
leyenda nos lleva al año 1428, cuando se trasladó la imagen de la Virgen desde
el lugar de su aparición hasta el altar mayor del templo. Al día siguiente se
observó que la imagen se encontraba nuevamente en el sitio de su aparición. Por
esto se colocó una talla moderna de Nuestra Señora en el sitio primitivo,
mientras que la imagen encontrada en el año 1392 se instaló en el altar mayor
del templo.
Desde
entonces hasta nuestros días, continúa la devoción por la imagen de la Virgen
de la Soterraña y las fiestas de Santa María la Real de Nieva se celebran en
torno a esta imagen de Nuestra Señora durante la segunda semana de septiembre,
siempre precedidas de una novena y un triduo en su honor.
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