En el número 100 de la calle Pagés del Corro se ubicaba una de las salas de cine más conocidas de Triana: el Fantasio. Más allá de su programación, este cine pasó a la fama por uno de sus espectadores de ultratumba que nunca abandonó la sala.
Se dice que este fantasma era una anciana que no quiso abandonar su corral de vecinos cuando este fue destruido en el mismo emplazamiento del cine. Además, esta leyenda de Sevilla cobró fuerza cuando se incendió la marquesina del Fantasio.
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