Solo con todas las leyendas que salen de la Facultad de Bellas Artes de Sevilla se podría hacer una saga andaluza de Expediente Warren. Probablemente, hay más fantasmas que artistas, siendo uno de los más destacables el modelo Santiago.
Este joven trabajaba en la facultad como modelo y, con el tiempo, formó parte del personal de mantenimiento del edificio. Una noche murió en su casa de un ataque al corazón y, tras su fallecimiento, las limpiadoras fueron testigos de sucesos inexplicables como puertas y grifos que se abrían y cerraban solos. El temor por este espíritu fue tan lejos que la Universidad de Sevilla tuvo que abrir por primera vez en su historia una investigación paranormal.
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