viernes, 3 de mayo de 2019

Fantasmas en el Hospital Materno Infantil (Granada)

Una historia poco conocida por las personas nacidas a partir de los noventa corrió de boca en boca durante la segunda mitad de los años 80 por Granada. Sus protagonistas tenían nombre y apellidos y pocos dudaban por aquel entonces de su veracidad.
Todo comenzó una tarde de verano en 1985, cuando una enfermera llamada Elena de Teresa se encontraba en la recepción del Hospital Materno Infantil. Una joven, con el rostro pálido y apariencia nerviosa, se acercó a la ventanilla para pedir información acerca del estado de su madre, la cual acababa de ser operada de un tumor. La enfermera le dió un pase y le indicó la habitación en la que se encontraba.
A los pocos minutos, la muchacha regresó a la ventanita y solicitó hablar con el médico que atendía a su madre. Elena entonces localizó mediante el busca a Alicia, la anestesista, que se dirigió enseguida al encuentro de la familiar y la acompañó escaleras arriba hacia la tercera planta.
A los 10 minutos, la joven reapareció en recepción, repitiendo que quería hablar con el médico que atendía a su madre. Elena, extrañada llamó de nuevo a Alicia. Ella se disculpó diciendo que no había podido atenderla porque debió atender una cesárea urgente, pero que no se preocupara,porque la tenía delante y enseguida la atendería.
Elena, sorprendida, le respondió que era imposible porque estaba abajo con lla. Ambas bromearon y la anestesista decidió dejar a la enigmática muchacha en la sala de espera con la llave echada y pedir a Elena que le enviara a la supuesta joven que estaba con ella. La chica subió entonces por las escaleras con un nuevo pase, pero nunca llegó al encuentro de Alicia, que cansada de esperar decidió llamar a Elena. Cuando le confirmó que hacía unos minutos que había subido las escaleras, abrió la puerta de la sala de espera que seguí con la llave echada y comprobó que la mujer que había dejado encerrada había desaparecido.
Ambas llamaron asustadas al celador, que recordaba perfectamente los rasgos de la muchacha, por lo que los tres recorrieron el hospital desde la séptima planta hasta el sótano, para buscarla sin éxito.
Días después, la señora operada del tumor fue enviada a planta y Alicia, picada por la curiosidad, se decidió por hacerle una visita en la habitación, donde también estaban el marido de la mujer y uno de sus hijos. Sobre la mesita había una foto de la misteriosa muchacha. Cuando Alicia preguntó por ella le confirmaron que se trataba de la hija de la paciente, a lo que les contestó que menuda broma les había gastado a ella y a una enfermera el día de la operación.
La reacción de los dos varones fue espontánea y casi violenta. La sacaron de la habitación a empujones. Según el hijo le confirmó, su hermana había fallecido dos años antes en un accidente de tráfico.

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