Según cuenta la leyenda, cuando el Rey Fernando el católico tenía cercada la villa de Quasb (Dúrcal), que significa «cultivo de caña de azúcar», se encontraba todo el pueblo morisco refugiado en el fuerte del Peñón, resistiendo los asaltos de los soldados cristianos y del cerco que les tenía puesto el rey. Con este asedio el rey esperaba pronto la rendición de las tropas moras ya que no había agua en la cima del monte y la única forma de poder obtenerla consistía en ir a recogerla al Río. Con el ejército cristiano rodeando el cerco hacía imposible hacerse con el preciado líquido. Así pasaban los días y los moros seguían aguantando el bloqueo del Rey que cada vez se iba impacientando más y no se explicaban como podían aguantar sin agua tanto tiempo. La clave de esta situación es que el Rey Fernando no sabía que un faquir moro llamado Adnan, había construido con auida de algunos paisanos un estrecho pasadizo secreto penetrando en la tierra desde la cima hasta el río, por una cresta cercana. Dentro de aquel túnel habían escarbando en distintos tramos escalones así como algunos agujeros que daban al exterior para que la cruz iluminara la galería interior.Toda una obra de ingeniería arquitectónica por la que solo podía pasar una persona con un solo cántaro, salvando así a sus vecinos de perecer de sed. Si el agua no escaseaba la comida sí y viendo la población que su rendición sería cuestión de tiempo decidieron que sus tesoros no cayeran en manos enemigas, proponiendo esconderlos en un lugar muy cerca de los baños de Urquizar, en una cueva llamada de los Riscos a orillas del Río Dúrcal. Durante el tiempo que duró el asedio, los habitantes de la fortaleza del Peñón se dedicaron a llevar sus joyas, oro y piedras preciosas a la Cueva de los Riscos donde las iban almacenando en una de las salas de la Cueva. Adnan ingenió un plan para salvaguardar el tesoro de sus vecinos. En la cueva de los Riscos había diversas salas y galerías que se comunicaban por recónditos pasillos.En una de estas salas Adnan observó que para acceder a ella había que introducirse por un agujero muy pequeño en el que solo un niño pequeño o en su caso una persona muy delgada podría introducirse en ella y llegar a la sala grande. Adnan intentó introducirse pero aún con su delgada silueta no podía entrar; así que estuvo en ayuno durante mas de treinta días solo con agua y un poco de pan negro, mientras tanto, todos los vecinos iban llevando poco a poco a través del pasadizo secreto todos sus tesoros hasta la cueva de los Riscos. Pasado los treinta días Adnan con mucho esfuerzo pudo introducirse por el agujero; dió orden a sus vecinos de fundir todo el oro que habían bajado y una vez líquido llevarlo a la apertura y con mucho cuidado verterlo donde Adnan desde dentro iba formando una escultura de una vaca de oro macizo.Su plan consistía en hacer una escultura de grandes dimensiones para que no pudieran sacarla por el pequeño agujero y así preservar el tesoro, pues pensaban que pasada la guerra volverían a sus hogares y podrían rescatar sus riquezas. Y así fue como poco a poco se fue construyendo la vaca de oro que estuvo terminada en el momento en el que los soldados cristianos tomaron la fortaleza y descubrieron el pasadizo que conducía al río. Adnan no pudo ser avisado a tiempo con el peligro de descubrir el escondite donde estaba la escultura de oro prefiriendo este quedarse dentro de la cueva y esperar a que los soldados se marcharan para poder salir de allí. Pero la guarda del rey vigilaba todos los accesos buscando los tesoros y los días pasaban sin que Admin pudiera salir de la cueva. Sin agua ni alimento su salud empeoraba por momentos, viendo como su vida peligraba, solo le quedaba dos opciones, o bien salía o se quedaba y moriría ahí mismo. Tomó una dura decisión, prefería morir en aquella cueva antes que convertirse en esclavo del cristiano, así esta caverna se convertiría en su tumba sagrada y el velaría como guardián del tesoro de la cueva. Cuentas los mas viejos del lugar que antes de morir convocó un conjuro a las fuerzas del más allá cegando la entrada de la sala que albergaba la vaca de oro, también llamada cueva de «vacamía» y solo será descubierta por los que se bañen en el nacimiento de aguas medcinales que brotan cerca de allí y pronuncien las palabras mágicas escritas y ocultas en una de las paredes de la entrada de la gruta, que serán revveladas cuando sean humedecidas con agua del nacimiento traída en uno de las cántaras empleadas para subir agua a la fortaleza escondido en el túnel que baja al río.
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