“... un pastor que apacentaba sus ganados, en las
inmediaciones del sitio donde hoy se halla levantada la Ermita ó Santuario de la Señora, observó que las ovejas acudían a agruparse
alrededor de un espeso zarzal, y le costaba siempre trabajo apartarlas de allí.
Aproximándose un día a el sitio, vio con sorpresa y admiración, una preciosa
Imagen confundida en el centro de las espinosas ramas, sin tocarle, quedándose
atónito y dudando de la visión. Mas internándose a costa de afanes entre las zarzas,
logró cerciorarse de la realidad, y halló a la Señora sobre un trozo de columna
de mármol blanco...Tan prodigioso acontecimiento llenó de conmoción a los hijos
de Bollullos, y acudieron presurosos a presenciar la maravilla de la aparición
de la Sagrada Imagen conservada intacta y milagrosamente entre las zarzas, como
el lirio de los valles entre las espinas, sin que los rigores del tiempo ni las
inclemencia de las estaciones, hubiesen causado en ella la más leve
imperfección. Todos dan gracias a Dios por aquella señalada merced que les
dispensa, con la posesión de aquel rico tesoro y estimable reliquia de la
antigüedad cristiana; y llegan a persuadirse de que dejándose ver allí tan
peregrina Efigie de la Madre de Dios había significado la Santísima Virgen su
voluntad, de permanecer en el mismo sitio parar recibir los homenajes de la
devoción de aquel pueblo, ya suyo por elección y se proyecta desde luego de
erigirle un Santuario, para su culto y veneración...”
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