Cuenta
la tradición, que en tiempos de los godos un pastor de la Villa, llevo a
abrevar a sus ovejas a una laguna, que distaba tan sólo 500 metros del pueblo
descubriendo, al borde del agua, una preciosa imagen de La Virgen con cara
sonriente. El pastor la tomó y la guardó en su zurrón. Al llegar a su casa, la
imagen no estaba. Volvió al día siguiente al mismo sitio con su rebaño y
encontró La imagen. De nuevo la recogió y al llegar a su casa, lo mismo: La
Sagrada Imagen había desaparecido. El pastor contó al párroco el suceso.
Llamaron al alcalde y fueron los tres. La imagen estaba allí, en Su lugar.
Decidieron construir una ermita en un lugar próximo, ya que la laguna no
parecía el lugar más indicado. Pero, misteriosamente, la construcción se
derrumbaba una y otra vez. La Virgen quería su ermita en la laguna. No cerca de
la laguna.
La imagen antigua desapareció. Posiblemente fue robada pero también pudo ser quemada.
La imagen antigua desapareció. Posiblemente fue robada pero también pudo ser quemada.
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