jueves, 23 de agosto de 2018

La cabeza del Rey Don Pedro I (Sevilla)


La cabeza del Rey Don Pedro I protagoniza otra de las historias más antiguas de Sevilla. Iba el monarca por el casco antiguo cuando se topó con un enemigo, hijo del Conde de Niebla, que apoyaba al hermano bastardo del rey. Ambos se enzarzaron en una pelea a espadas y el de los Guzmanes acabó muerto. Una anciana que vivía en la calle de enfrente lo vio todo desde la ventana, con tan mala para que se le cayó candil y fue descubierta en su calidad de testigo. Cuando los Guzmanes pidieron justicia, la anciana, que había reconocido a Don Pedro, se negó a declarar. El monarca, que quería comprobar hasta qué punto era cierta la afirmación de que ningún crimen en Sevilla quedaba impune, pidió llamar a la mujer. Le preguntó por el autor del crimen. La mujer pidió un espejo y lo colocó frente al rostro de Don Pedro. “Aquí tenéis al asesino”, dijo.
Don Pedro había prometido entregar la cabeza del criminal y cumplió con su palabra, pero sin morir en el intento y sin confesar su crimen. Lo que hizo fue mandar encerrar un busto suyo en una caja de madera y dejarlo en una hornacina en la calle de los hechos, con la condición de que no se abriera hasta su muerte. Hoy puede verse el busto en la calle Cabeza del Rey Don Pedro. La calle de enfrente lleva el nombre de Candilejo, por el candil con que se alumbraba la testigo que reconoció al rey.
Spanish Square (Plaza de Espana) in Sevilla, Spain

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