Se trata de un caserón de principios de los años 20 (La Rihuela), cuyo arquitecto fue Aníbal González Álvarez-Ossorio quien construiría la emblemática Plaza de España para la exposición Iberoamericana del 29. Se encuentra abandonada, en ruinas y situada en el termino municipal de Palomares del Río pero que al estar tan cerca de Simón Verde (Urbanización de Mairena del Aljarafe) y haber dado tanto de que hablar por fenómenos paranormales, se me hace imposible no exponer la historia de esta casa en este grupo.
Mucho se ha hablado de esta casa en la comarca del Aljarafe, pero la historia que siempre se ha contado para nada se ajusta a la realidad y poca gente conoce la verdadera historia, o mejor dicho... Historias...
La version oficial.
Gabriela Ciaurriz nombre de una muchacha que conoció el amor prohibido entre las paredes de esta casa a manos del hijo del guarda de la finca.
Descubierto este amor por el padre de esta, fue alejada de él, trasladando a el a otra finca y encerrada ella en la casa hasta tal punto que perdió la razón de por vida muriendo sola y olvidada.
Según la leyenda Gabriela aun sigue vagando por la casa quizás esperando a su amor. Sin embargo esta versión es totalmente falsa.
Gabriela Ciaurriz nombre de una muchacha que conoció el amor prohibido entre las paredes de esta casa a manos del hijo del guarda de la finca.
Descubierto este amor por el padre de esta, fue alejada de él, trasladando a el a otra finca y encerrada ella en la casa hasta tal punto que perdió la razón de por vida muriendo sola y olvidada.
Según la leyenda Gabriela aun sigue vagando por la casa quizás esperando a su amor. Sin embargo esta versión es totalmente falsa.
Su verdadera historia.
Carmela Ciarruiz, y no Gabriela, como dice la otra versión, era hija de un terrateniente adinerado, Narciso Ciarruiz, quien poseía bastantes tierras en el Aljarafe Sevillano. Tenia una hija escolarizada en el colegio de las Irlandesas de Sevilla. No tardaron en darse cuenta que la niña tenia problemas mentales, así que su padre decidió trasladarla a la casa de La Rihuela, donde tubo una vida feliz a pesar de su enfermedad mental. Una historia totalmente diferente de la que se habla, habiéndose manchando el nombre de esta familia, quienes la cuidaron hasta el día de su muerte, ya octogenaria y por causas naturales.
Carmela Ciarruiz, y no Gabriela, como dice la otra versión, era hija de un terrateniente adinerado, Narciso Ciarruiz, quien poseía bastantes tierras en el Aljarafe Sevillano. Tenia una hija escolarizada en el colegio de las Irlandesas de Sevilla. No tardaron en darse cuenta que la niña tenia problemas mentales, así que su padre decidió trasladarla a la casa de La Rihuela, donde tubo una vida feliz a pesar de su enfermedad mental. Una historia totalmente diferente de la que se habla, habiéndose manchando el nombre de esta familia, quienes la cuidaron hasta el día de su muerte, ya octogenaria y por causas naturales.
Sin embargo hay otros acontecimientos que realmente son relevantes y dan rienda suelta al misterio. El más reciente ocurrió el día 26 de Julio de 2010, cuando un hombre mato a otro a golpes en esta casa, ya abandonada, con quien había estado consumiendo drogas junto a una prostituta que poco después del crimen desapareció y de la que no ha vuelto a saberse absolutamente nada. Para el fiscal, fue la sospecha de que “el asesinado” y la mujer habían mantenido relaciones sexuales lo que llevó al asesino a pertrecharse de un martillo con el que destrozó la cabeza a su víctima, aprovechando para ello que se había agachado para atarse los cordones de los zapatos, una vez que lo vio regresar de su propio coche, donde había estado junto a la mujer. Tras los primeros golpes de martillo, el homicida se aseguró de que acababa con la vida de su víctima aplastándole la cabeza con una piedra.
Pero la cosa no queda aquí si nos retrocedemos en la historia. En los archivos del Ayuntamiento de Palomares del Río, hay constancia de que en este lugar fueron fuciladas durante la Guerra Civil 5 personas, dejándolas muertas a la intemperie. Posteriormente fueron enterradas en una fosa común que hay en este camino. Un lugar donde murió y sufrió gente inocente.
A todo este se le suman multitud de Psicofonias realizadas por grupos de Parapsicología, sensaciones extrañas que experimentan los que se acercan a la casa y numerosas apariciones. Incluso se habla de una "niña de la curva" en una carretera cercana.
Todo ello, en esta casa abandonada de estilo Regionalista Andaluz y en un paraje insólito, un marco incomparable como caldo de cultivo para el misterio en el Aljarafe rural Sevillano.
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