La “Casa de la Loca”, o “de Carmela”, es un lugar en un polvoriento camino apartado de la carretera principal de Palomares del Río, un lugar en el que se yergue una abandonada y casi derruida casa de dos plantas, bella en su tiempo, de aspecto solariego y que sin dudas conoció mejores tiempos. Es en esta casa donde se producen una serie de fenómenos que han llamado la atención de otros investigadores locales que durante largo tiempo han dedicado jornadas de investigación en su interior obteniendo meritorias psicofonías quizás relacionadas con el pasado del lugar, cargado de drama y tragedias personales.
En la casa, y a decir de los testigos, se ha podido ver la presencia de una señora mayor que se pasea por la estancia inferior de la vieja casa o que permanece observadora desde una de las ventanas, una mujer que en otras ocasiones adquiere luminosidad y ha sido vista en la segunda planta de una habitación a otra como nos narraba un investigador local: “Yo aquel día me encontraba investigando en la casa, recogiendo audios y tratando de observar lo que de paranormal pudiera haber... ,entonces en una ventana y al caer la noche pude ver como una forma jorobada, una forma humana allí arriba donde es imposible que hubiera nadie por qué primero no hay escaleras para subir y segundo sabía perfectamente que no había nadie en el lugar... No sé lo que era aquella forma pero desde luego verlo lo vi perfectamente”.
Otros testigos han tenido similares encuentros en la casa, en cierta ocasión Manuel F. se encontró con alguien que desde los restos del mirador que lo miraba: “Era una señora mayor, vestida con ropa oscura y pelo canoso que miraba con cara de tristeza... fueron segundos pero al llegar al pueblo pregunté y me dijeron que si había sido en ‘La Casa de la Loca’ había sido el fantasma que habita el lugar”.
Todo quizás está en consonancia o en relación directa con la historia del lugar ya que en esta casa, apartada del pueblo se dice que vivía una mujer recluida en su interior, una señora mayor que sufrió en su persona la incomprensión de los tiempos... Cuentan los más viejos del lugar que una joven de acomodada posición, llamada Carmen, se enamoró perdidamente del hijo del guardes de la finca, un amor imposible que no gozaba con la aprobación del padre... La joven aprovechaba cualquier tiempo libre para ver a su amado. Cuando el padre se enteró de esta relación prohibida pues decidió alejar al muchacho de su atesorada hija la cual al descubrir la marcha del amado perdió la cabeza quedando recluida en la casa por unos padres avergonzados de la locura de su hija. Otros sin embargo ubican la vergüenza familiar en una supuesta enfermedad mental de la hija, mal visto en una fecha en las que la incomprensión hacía determinadas enfermedades era manifiestamente abierto y público. Pero no son más que leyendas sobre esta casa casi derruida.
Curiosamente en la zona se han grabado psicofonías tales que una voz apesadumbrada dice “Estoy muerta” o agitadamente “Te espero en el pozo”... un pozo que está a pocos metros de la casa y cegado por el tiempo sin que nadie se atreva a hurgar en su interior ni drenarlo para ver si más allá de esa afirmación se oculta algo mucho más trágico y mundano dada que son otros vecinos los que afirman que el cadáver de la difunta no apareció jamás y que en ese pozo pudiera estar la clave de todo el misterio... Hoy sabemos que Carmen está enterrada en un cementerio cercano aunque no sabemos si parte de sus sentimientos, amarguras y penas se sigue manifestando en la casa que durante tanto tiempo habitó.
Diego Reinares es un redactor de “El Buscador de Historias” que pudo vivir en su persona el clima de tensión y los fenómenos que allí ocurren, en una noche repleta de sucesos en los que pudo escuchar perfectamente unos pasos originados por un algo invisible que dejó de manifiesto su presencia ante las cámaras o una voz susurrante que no pertenecía a nadie y que lo llamó cuando se encontraba en el jardín interior de la casa... Curiosamente durante aquella investigación en “La Casa de la Loca” se acercaron cuatro jóvenes a curiosear, uno de ellos, Antonio G., sacó varias fotos extrañas en su interior, aquellas fotos fueron enviadas al investigador y experto fotógrafo Josep Guijarro quién certificó ante las cámaras de televisión que había un algo en formación en la instantánea, de carácter fijo, que no era un objeto lanzado y fotografiado sino que se estaba formando y que cuando menos las fotografías eran de un origen extraño e incalificado.
A lo largo del tiempo en este extraño lugar han sido muchos los testimonios de personas que han tenido visiones de la espectral dama o que han tenido algún tipo de experiencia paranormal en la casa o en sus cercanías donde se encuentra la fuente de la Rihuela justo a unos quince metros de la edificación.
Fantasmas, apariciones, psicofonías, leyendas urbanas, seres de luz, objetos voladores no identificados y muchas historias paranormales, a caballo entre la leyenda y la realidad en una ruta por el corazón del misterio de un pueblo, Palomares del Río, en el que conviven en armonía habitantes y esas historias del otro lado que unos prefieren creer a no vivir y otros tienen muy presente sabiendo y siendo conocedores que los misterios que encierra su pueblo son aún mayores que los expuestos en este viaje por los misterios de la pequeña localidad sevillana... Unos creerán en ellos y otros se acercarán curiosos a vivirlos pero lo cierto es que a ninguno dejará indiferente.
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