El
rey de los francos y emperador de Occidente, futuro Carlomagno, había salido de
Francia en dirección a Toledo acompañado de otros caballeros franceses y, de
camino, se puso a servir al rey de Guadalajara y señor de Horche, Abenzaide. Al
poco tiempo de residir allí, Bramante cercó la villa de Horche porque quería
casarse con la hija del moro Galafre, sin su consentimiento. Se produjo un
intenso combate y los franceses estaban a punto de ser derrotados, porque
Carlomagno se había quedado dormido. Entonces escuchó los lamentos de Galiana,
despertó y fue a la batalla. Así quedaron cara a cara dispuestos para el
combate. Tras una ardua lucha, Carlomagno le cortó la cabeza a Bramante para
seguir su camino hacia Toledo.
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