Situado en la antigua calle doctor Tolosa Latour, en el actual barrio de San Severiano, este local, dirigido por monjas de la caridad desde el principio, fue destinado a recoger, mediante el sistema de torno, a los hijos ilegítimos y a aquellos de los que sus padres no podían hacerse cargo. Eran los llamados Niños del Hospicio.
Tras una larga vida sin incidente, la trágica noche del 18 de agosto de 1947, supuestamente a causa del calor, hacía explosión los polvorines subterráneos de la base número uno de la Defensa Submarina que guardaban 1947 minas submarinas procedentes de la Segunda Guerra Mundial y supuestamente inactivas.
Según las versiones oficiales del estricto régimen, solo se registraron 150 muertos y 5000 heridos, aunque las cifras extraoficiales aseguran cifras muy superiores, especialmente en la casa cuna donde murieron casi todas las personas que se encontraban en aquel momento en el lugar. De hecho, la casa cuna quedó totalmente devastada quedando únicamente en pie los paredones centrales del edificio. Pese a ésto, el desplome del techo por completo, acabó aplastando a todos los residentes y aunque muchos cuerpos pudieron ser rescatados para recibir sagrada sepultura en él, también polémico aunque ya clausurado cementerio de San José, muchos otros nunca fueron encontrados.
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