Cuentan que en una ocasión un carro de bueyes cayó en sus aguas y se hundió tan profundo que no pudo ser rescatado, pero pasado un tiempo, el carro apareció cubierto de algas en una playa de Motril, a la orilla del mar. Una conexión fruto de leyendas que abundan en misteriosas desapariciones de personas que quisieron bañarse en sus aguas, se sumergieron y nunca más volvieron, lo que hace que los vecinos de este privilegiado espacio natural eviten acercarse demasiado a las orillas del Ojo Oscuro y adentrarse entre sus carrizales. No importa que la hoya de Padul, la totalidad del humedal, sea una cuenca endorreica, lo que significa que no posee salida directa al mar y que sus aguas se consideren someras, es decir poco profundas excepto en puntos concretos como este manantial, o el centro de la turbera, donde las extracciones de carbón orgánico perforaron la tierra en busca de los restos de biodiversidad convertida en combustible fósil, entre el que aparecieron los últimos mamuts del sur de Europa.
Este manantial es el origen del espacio natural conocido como Lagunas de Padul, considerado como uno de los grandes humedales del sureste ibérico, el punto al que acudían científicos y naturalistas para estudiar la evolución de poblaciones de aves acuáticas y anfibios que encontraban en el Ojo oscuro un lugar donde vivir, reproducirse, o descansar en sus migraciones. La importancia científica del pequeño lago de aguas de la sierra, generó un interés creciente en la protección de todo el humedal que hoy forma parte del Parque Natural de Sierra Nevada.
Entre los carrizos y ramas de sauces, se oye el suave silbar de un martín pescador, que intenta alcanzar pequeños peces, gambusías y alevines de carpas, mientras los juveniles de focha buscan algas y pequeños grupos de ánades azulones detienen su vuelo para descansar sobre las aguas y adormilarse en sus orillas protegidos por el carrizal.
En el extremo sureste de Padul, junto a la antigua carretera de la Costa, a escasos metros de la alberca de Palmones, donde habitan especies de moluscos únicas en el mundo, el Ojo Oscuro es el centro de un ecosistema que sus pobladores quieren creer que conecta con las profundidades marinas. Quizás sepan que en el amanecer de los tiempos, hace cien millones de años, sus tierras, sus lagos, eran parte del mar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario