Cuenta la leyenda que en la primera mitad del siglo XVIII hubo una noche de tormenta y todo el pueblo estaba atemorizado porque las piedras de las sierras que bordean Ubrique podrían desprenderse y caer sobre el pueblo.
Por este motivo acudieron al Padre Buenaventura quien rezó para que cesara la tormenta y la lluvia.
Después de aquella noche el Padre Buenaventura puso tres cruces en tres picos de Ubrique; Benalfí, el Tajo y la Viñuela, y las bendijo para que protegiese al pueblo de tormentas como la pasada.
Cuenta la leyenda que el día que cayesen esas tres cruces el pueblo quedaría sepultado por las rocas y como podemos ver, de esas tres sólo queda una, la llamada cruz del tajo.
Además la existencia de estas tres cruces queda demostrada en una letra flamenca de aquel tiempo, que nos contaba que:
Ubrique tiene tres cruces
Encima de sus montañas,
Tres manantiales grandiosos
Que brotan de sus entrañas…
Se mantienen las tres cruces, aunque solo la cruz del Tajo está iluminada. Las otras dos, la de la Viñuea y la del Benalfí, se encargan los ubriqueños de mantenerlas en condiciones. Saludos
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