Como todo castillo que se precie, el castillo de Santiago también tiene su fantasma o fantasmas. Iker Jiménez, en el programa 176 de la quinta temporada de Cuarto Milenio, recogía abundantes testimonios de trabajadores, vecinos y visitantes del castillo sobre toda una serie de fenómenos extraños. Como suele ser habitual, estos acontecimientos comenzaron con las obras de rehabilitación del castillo. Los operarios dedicados a dicha tarea ya pudieron percibirse de fogonazos extraños (como el flash de una cámara fotográfica), herramientas cambiadas de sitio e incluso psicofonías recogidas en el teléfono móvil de uno de ellos. En otra ocasión, y en horario de comidas, los comensales y el personal del restaurante oyeron un desgarrador grito de mujer que se produjo a la vez que se apagaban todas las luces del recinto. Se han observado sombras en lugares donde no había nadie y una sensación de ser observados que ha llegado a provocar que algunos de los empleados pidiera la cuenta y se marchara para no volver más. Es el caso, por ejemplo, de la señora encargada de la limpieza, que se encontraba, al abrir el recinto por la mañana, que las velas se encontraban encendidas, e igualmente, oía gritos y sentía incluso que le tiraban del pelo cuando sabía positivamente que no había nadie más en el edificio. También es común la visión de la arquetípica “dama de blanco”, que algunos asocian con doña Leonor de Mendoza, esposa de don Enrique Pérez de Guzmán. Al parecer, los lugares en los que se concentraban la mayoría de estos fenómenos eran la larga habitación situada sobre el restaurante (lugar usado como cárcel para los presos republicanos) y un rincón en particular de la planta baja. Desgraciadamente, el día de nuestra visita no pudimos acceder a él por encontrarse en obras, aunque aquí dejamos testimonio gráfico del mismo, recogido de la página web del castillo.
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