Existe una leyenda en torno a la Torre de los Guzmanes, de la que se hace eco algún que otro historiador, y es la existencia de un túnel o pasadizo, que tenía su entrada en el suelo de la planta baja y que la comunicaba con el vecino pueblo de Santiponce, desembocando, según algunos, en Itálica y, según otros, en el monasterio de San Isidoro del Campo, fundado éste, en 1301 por Alonso Pérez de Guzmán, llamado “Guzmán el bueno”, antepasado de Don Juan de Guzmán. Se dice que durante la intervención a la que se sometió la torre en los años 70 del pasado siglo se cegó esta apertura, alimentando más, si cabe, la citada leyenda.
Otro de los mitos que ha perdurado a lo largo de los siglos es el del espíritu que se dice vaga entre los muros de nuestra torre, mito alimentado por las afirmaciones de un considerable número de personas que afirman haber oído ruidos inexplicables, voces y lamentos y que pudiera ser de uno de los muchos trabajadores que participaron en su construcción dejando en ella su vida.
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