jueves, 5 de marzo de 2020

Don Gome (Andujar, Jaen)

Existen diversas leyendas que tratan de explicar el gran misterio por el cual la fachada estuvo siempre tapiada. No existía puerta, la familia la mantuvo cerrada, de hecho, la actual, fue abierta tras la compra del palacio por parte del Ayuntamiento de Andújar y con el permiso de Su Majestad el Rey Don Juan Carlos I.

En una de las leyendas, los hechos acontecen en tiempos del rey Pedro I de Castilla, llamado “El Cruel”. Según nos relata esta versión; nuestro querido Don Gome estuvo al mando del ejército que luchó contra los moros en la batalla de Hardón, lugar ubicado entre Arjona y Andújar, en un cerro llamado desde aquel momento “Cerro de la Matanza” (ambos lugares existen actualmente). A pesar de que Don Gome se hallaba en la posición más desfavorecida, su valor le permitió vencer la batalla, pero como bien nos recuerda el nombre del monte, prácticamente no quedó nadie en pie. En la batalla murieron casi todos los contendientes por ambos bandos. Al presentarse ante el rey con las tropas tan mermadas, el monarca castigó a Don Gome a entrar y salir por la puerta de servicio. Para asegurarse el cumplimiento de su castigo, el rey mandó tapiar la puerta y puso una guardia vigilándola día y noche.
Tras la muerte de Don Gome, el rey entendió la injusticia cometida y les pidió a sus hijos que abrieran la puerta nuevamente, pero éstos, se negaron a seguir el mandato real. Profundamente dolidos los hijos de Don Gome aseguraron al rey que si su padre no había entrado por esa puerta, nadie volvería a hacerlo. El orgulloso rey llegó a Andújar con sus soldados con la intención de abrirla por la fuerza. Pero la pena que Don Gome había llevado durante toda su vida caló en el pueblo llano de Andújar y muchos linajes que la asumieron como suya y decidieron apoyar a los “Niños de Don Gome” (de donde viene el nombre del palacio) en contra del rey. El cual, temeroso de perder el apoyo de Andújar estratégica por su posición geográfica (no en vano era la puerta de Córdoba, ésta, a su vez la de Sevilla y la última la llave del Guadalquivir), optó por no abrir la puerta pero retiró la guardia. Tras esto, los hijos de Don Gome decidieron poner dos atlántes (una guardia) que día y noche custodiarían la puerta en los siglos venideros para que jamás nadie pudiera entrar por la puerta principal puesto que Don Gome de Cárdenas no pudo hacerlo. (En la actualidad el acceso directo al palacio desde la portada sigue cerrado como manda la tradición).

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