Cuenta la leyenda que en las inmediaciones del municipio, camino de Valenzuela, corta el término municipal un arroyo conocido como el Arroyo de Barcinegro (nombre que degenera del original que es Garcinegro), donde se ubica la tumba de un sacerdote sin cabeza que se aparece para secuestrar a los niños.
Según dictan las crónicas, el día 29 de septiembre de 1471, Higuera de Calatrava (entonces de Martos) fue saqueada por tropas enviadas desde Granada por el rey Alí Abal-Hasan Muley Hacín. La entrada en la población se produjo de forma desastrosa ya que, a su paso, iban robando e incendiándolo todo, así como matando personas.
Entraron en la iglesia y degollaron a todos los que allí había, incluyendo un sacerdote, hecho que relata el propio Condestable Iranzo en una carta que envía al Papa Sixto IV el 15 de octubre pidiendo que declarase mártires a aquellos difuntos. El relato dice:
«... ni perdonaron a la sagrada yglesia, más aquella por fuerça entrada, y ensuciada de mucha sangre, llegaron al altar y al sacerdote reuestido y un monge que avíen dicho misa dieron tantas y tan fieras feridas que ninguna figura de onbres en ellos quedó, acochillaron las santas ymágenes...»
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