La
leyenda de Santa Marina está referenciada en tres libros, y nos habla que
existió en tiempos de la dominación musulmana una doncella cristiana llamada
Mariana, en la aldea de Las Uces, de gran hermosura, de la que se prendó un
caudillo árabe. La requirió de amores y quiso obtener por la fuerza los favores
de la joven pastorcilla. Marina, invocando a la Virgen María, le pidió ayuda
para librarse de él. Acudió el cielo en su auxilio y puso alas en sus pies,
logrando huir del guerrero que la perseguía. Al llegar a la profunda hondonada
del Duero,
el paso le quedó cortado por el rugiente discurrir de las aguas. Temerosa de
que el musulmán pudiera alcanzarla, invocó de nuevo al cielo, frente a la roca
en que se hallaba, haciendo este ruego: ¡Ábrete peña sagrada, que viene Marina
cansada¡. El lugar al que llegó Mariana a refugiarse está en Aldeadávila de la Ribera, y en un
principio se llamaba La Manzaneda, para pasar a llamarse después La Verde. El etnólogo
portugués Abade de Baçal, al igual que González Dávila
afirman que la pastorcilla era natural del concejo de Mogadouro.
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