Al
lado de Pimentel, un fantasma protagoniza la leyenda de la Casa Museo de
Zorrilla, en un ala del que fuera palacio de los marqueses de Revilla: el de
Nicolasa, la abuela del escritor, que falleció sin conocer a su nieto. Cuentan
que un día se le apareció al niño, cuando tenía cinco años, en la habitación
reservada para las visitas y que era la que ella había ocupado. El dormitorio
sigue ahí. Nunca se ha visto nada pero, ¿y los ruidos?
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