El nombre de Castrillo
deriva de su principal signo de identidad: su castillo o fortaleza, en latín
“Castrum”. Al ser un castillo pequeño se le añadió el diminutivo “ellum” o
“Castrellum”. Recordemos que en aquella época se hablaba latín, lengua que se
transformó en el castellano actual. Castrellum derivó en Castrillo, pasando por
Castriello, Castriel, o Castril , como variaciones del mismo origen, que
también aparecen en los documentos otras veces.
Sin embargo en una
Castilla poblada de castillos, y por ello de pueblos llamados Castrillos, se
hacía necesario diferenciarlo de otros cercanos. Recordemos que existen por
ejemplo Castrillo de Onielo, Castrillo de Don Juan, Castrillo de Duero, entre
los más próximos. Por eso hubo que poner al nuestro un segundo nombre, que fue
el de Tejeriego.
No está claro el
significado de Tejeriego;en principio puede parecer que deriva de “Teja” y
sería por tanto “lugar de tejares”. Sin embargo en los primeros documentos
escritos conocidos (hacia 1230) aparece como “Trasariel” o “Trasariego”, con
una “r” después de la T, lo que nos hace olvidarnos de teja o “tegula”y pensar
en un origen algo más complicado. Para ello hay que ponerlo en contacto con
nombre del arroyo del valle: el “Jaramiel”, y tener en cuenta que pasaron unos
300 años desde su fundación hasta que aparece escrito. Hay que pensar por ello
que el nombre pudo sufrir una evolución desde el nombre inicial. Así
inicialmente debió de ser “Tras Xaramellus” o “Trassaramiel”; es decir “el
castillo que está tras el Jaramiel”. Como el nombre era un poco largo fue
perdiendo sílabas y a cambio ganó la terminación “ego” derivado de “acus” o
“lugar de”. Así quedó primero en “Trasariel”, luego en “Trasariego”. Finalmente
perdió la “r”, que hacía más difícil su pronunciación, y quedó en Tasariego,
del que ya en el siglo XV derivó en el nombre actual “Tejeriego”. Es curioso
que nunca se dice “Castrillo de Tejeriego”, porque ya tiene una preposición
“tras” que une ambos nombres.
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